Análisis The Division: Supervivencia
Cuando fue presentado oficialmente, uno de los factores que parecía formarían parte de la versión final de The Division era la supervivencia. Gestionar nuestro estado de salud, nuestra hambre, evitar que nuestros protagonistas sufrieran una posible deshidratación o enfermedades. Salir adelante en una ciudad devastada, asolada por un virus que había diezmado a la población. Algo que pudimos ver fuera del juego al salir éste a la venta, quedando cosas como la comida o los botellines de agua como simples objetos curativos o que podíamos entregar a los distintos NPCs repartidos por el mapeado a cambio de pequeñas recompensas. Todo esto cambia con la salida de Supervivencia, segundo DLC de pago del juego e incluido en el Pase de Temporada, que nos invita a participar en la experiencia más brutal e inmisericorde de The Division hasta la fecha y que tras su período de exclusividad temporal ya está disponible en PS4.
Antes de nada, ¿cómo podemos comenzar a disfrutar de Supervivencia? Pues en la misma zona que Subsuelo, en la Terminal que se abrió al fondo del cuartel general. Bajando las escaleras y a mano derecha tendremos el punto de acceso a esta nueva experiencia.
Con una breve cinemática que ya conoceréis, nos encontramos en una situación extrema. Nuestro personaje se encuentra herido, vivo pero sin todo ese equipo que tantas y tantas horas nos ha llevado recolectar. A nuestro alcance una simple pistola, ni siquiera la nuestra, sino una estándar. ¿Habilidades? Tampoco, tendremos que desbloquearlas como si fueran objetos. Este punto nos ha gustado mucho porque reduce la brecha que habrá entre unos y otros jugadores que lleven muchas más horas y hayan seguido avanzando durante estos meses y no dejará en una desventaja por equipo a aquellos que vuelvan ahora, después de un tiempo sin jugar. De todas formas, las mecánicas de juego van a cambiar tanto que la menor de tus preocupaciones va a ser el armamento.
Podemos jugar en solitario, o con nuestro grupo de amigos, pero al lanzar Supervivencia tendremos que escoger entre buscar una partida o recurrir al clásico y rápido matchmaking. Una vez decidido esto, escogeremos si sólo vamos a encontrarnos con NPC enemigos controlados por la IA o también queremos permitir que otros jugadores sean enemigos. Hasta un máximo de 24 jugadores pueden tomar parte en una ronda de Supervivencia, pero ojo, porque todo el mapeado será nuestra zona de juego. No penséis que simplemente tenemos túneles a modo de mazmorra como en Subsuelo, o la Zona Oscura, en este caso todo el espacio abierto es nuestro campo de juego incluyendo la ZO.
Vemos esta decisión innecesariamente excesiva, porque pese a tener dos docenas de personas corriendo por las calles, cruzarse con otros Agentes es complicado. Ojo porque aquí no hay nada de Renegados, matar es parte de la Supervivencia y está permitido, sin consecuencias. No obstante, tenemos que decir que el ambiente que nos hemos encontrado es parecido al que por lo general se respiraba en la Zona Oscura hace unos meses. La gente tiende más a colaborar que a dispararse salvo que haya una buena causa justificada. Muy distinto es que seamos abatidos, ya que en esta ocasión aparecerá un contador de 5 minutos en los cuales cualquiera puede revivirnos con un Botiquín o bien robarnos nuestro equipo y marcharse. En este caso sí que veremos salir el talante más acaparador y egoísta de la mayoría de Agentes, cosa no tan rara teniendo en cuenta que las partidas son largas, morir supone un enorme batacazo y conseguir equipo es esencial.
Sí, equipo. Recordad que no tenemos ninguna de esas magníficas piezas que tantas horas nos llevó conseguir y esto entra dentro de las nuevas mecánicas de supervivencia. Por un lado están tres factores relacionados de forma directa con nuestra salud y que requerirán el uso de consumibles para contrarrestar: hambre, sed e infección. Para los dos primeros no hace falta explicación, pero el tercero pone un tiempo límite a nuestra partida. Para alargarlo tendremos que tomar medicamentos que o bien ralenticen o bien paralicen de forma temporal el avance de esta infección. Pero hay un cuarto factor a tener muy en cuenta: el frío.
Supervivencia tiene lugar no sólo de noche, sino también durante una ventisca que supone un enemigo en sí mismo. Tendremos que buscar refugio en lugares cerrados o junto a fuentes de calor en forma de bidones o vehículos ardientes en los que subir nuestra temperatura corporal para evitar morir congelados. Para facilitar esta búsqueda de escondites se han ampliado enormemente las zonas interiores que podemos visitar con respecto al mapa original. Pero conseguir ropa de abrigo, hasta ahora un simple factor estético, se convierte en algo importantísimo. Hay dos maneras de conseguir nueva ropa. La primera es conseguir materiales, tela, y confeccionarla nosotros mismos. La segunda es la manera clásica: abatiendo enemigos y recogiendo las piezas que, de forma ocasional, estos nos dejen caer.
Supervivencia es un DLC que posiblemente guste más a aquellos que vuelven al juego después de meses de ausencia que a los que han seguido jugando de forma constante. Todo ese equipo que tan duramente hemos conseguido en Subsuelo ahora se nos sustrae, todo el mundo está en igualdad de condiciones salvo por su experiencia y las propias habilidades adquiridas como jugadores, aunque los momentos de acción se reducen mucho en detrimento de gestionar bien nuestras opciones de supervivencia contra los elementos y el poder mantener nuestro nivel de salud.
La iluminación, que ha funcionado muy bien desde el principio ofreciendo un efecto muy natural, vuelve a ser una gran protagonista, pero esta vez por su ausencia. Una oscuridad opresiva domina en términos generales la zona y la visibilidad es casi nula, obligándonos a avanzar muy despacio y provocando una sensación de ansiedad de lo más efectiva. Sin embargo, combinando esto con el mal funcionamiento del mapa se llega a generar frustración en lugar de desafío. Sin pretender que nos lleven de la manita, creemos que la experiencia se beneficiaría si el mapa nos señalara al menos la ruta más directa hasta los puntos marcados en el HUD, en lugar de tener que abrir el mapa cada vez que nos perdamos.
No obstante, el balance general de Supervivencia es positivo: puedes volver sin preocuparte de tu equipo tras varios meses de ausencia, además de que puedes obtener como recompensa, incluso si no consigues terminar con éxito la operación, algunas piezas de armas y armaduras de lo más interesantes. El cambio de jugabilidad, aunque sean partidas que requieren cierta dedicación y tener una o dos horas libres por partida, le sienta bien como una nueva forma de afrontar el PvE y, si queremos el PvP. Algún parche para equilibrar ciertos aspectos y no empeñarse en ser tan terriblemente exigente para crear algo más satisfactorio y nos vemos recorriendo la ciudad muchas horas más antes del último DLC.