Análisis – Subnautica: Below Zero

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Unknown Worlds se supera a sí mismo con una secuela magistral.
Por José D. Villalobos 11 mayo, 2021

Hace ya siete años Unknown Worlds sorprendió a todos lanzando por primera vez Subnautica, un título de exploración submarina que, a medida que se iban añadiendo más y más cambios en su fase Early Access, iba gustando y atrayendo a muchos más jugadores por todo el contenido que ofrece.

Mejorar lo conseguido con el primer Subnautica parecía una tarea titánica a la hora de anunciar Subnautica: Below Zero, pues el diseño del original fue tan cuidado y la exploración se sintió tan orgánica que su secuela estaba obligada a cumplir con los estándares que ya ellos mismos se habían puesto.

Bajo este contexto toca hoy analizar esta secuela, con esa misma hambre de adentrarse en las aguas del planeta 4546B, conocer nuevas criaturas y desentrañar una historia que, en este caso, es tan profunda como el mismísimo océano que nos presentan.

Bienvenidos al otro lado del planeta 4546B.

Subnautica: Below Zero tiene lugar en el mismo planeta que el Subnautica original, pero ahora nos toca ir a una región mucho más fría y polar; repleta de glaciares y con temperaturas extremadamente bajas, lo que da lugar a la creación de nuevos biomas y, por ende, nuevas criaturas que descubrir; tanto en la superficie como bajo el agua.

La historia inicia con Robin, protagonista principal del título, desembarcando en el planeta con las intenciones de encontrar el paradero de su hermana Sam; quien supuestamente ha fallecido mientras trabajaba haciendo estudios con la fauna y la flora del lugar.

Desde el primer momento, ese argumento con fuertes lazos familiares hace que las primeras sensaciones de Subnautica: Below Zero sean distintas a la del original.

Ahora no queremos escapar del planeta 4546B, todo lo contrario, en este caso queremos adentrarnos lo más profundo posible para desvelar un misterio tan importante como la desaparición de un familiar, siendo este un ‘combustible’ argumental importantísimo que motiva al jugador a explorar y arriesgarse a los peligros que supone ir cada vez más lejos de la cápsula de emergencia.

Siguiendo las señales de la PDA de Xenoworks, organización subsidiaria de Alterra, comienza un periplo que se va haciendo cada vez más vasto, variado, difícil y riesgoso; con esos momentos de tensión que le dan ese toque survival del que tanto bebe este título y el primero.

La historia al servicio de la exploración y el gameplay.

El gameplay de Subnautica: Below Zero como fórmula no es muy complejo, ya que simplemente debemos explorar distintas zonas del mapa para buscar nuevos accesorios y vehículos que nos permitan adentrarnos cada vez más en territorios más hostiles y profundos del planeta.

Con un escáner de objetos, el jugador debe encontrar las distintas partes de los accesorios que están regadas por el planeta y que se dividen en los diferentes biomas del juego; para luego construirlos en tu base con el fabricador o con la bahía de vehículos portátil, mientras comes y bebes para no morir.

Sin embargo, el gran acierto de Unknown Worlds con este título y el primer punto en el que supera a su predecesor, es dándole un lugar más importante al argumento dentro del gameplay y conectándolo de forma aún más profunda y orgánica con la exploración y el descubrimiento de nuevos entornos.

A medida que avanzas en el juego, no solamente vas a lograr tener más accesorios, vehículos o mejoras; sino que a la par irás resolviendo los misterios de la historia de Sam, y también al mismo tiempo irás descubriendo todos los secretos que oculta el planeta y esa civilización alienígena que alguna vez lo habitó.

Estas tres vertientes hacen que el ritmo de juego se sienta dinámico y fluido, pero al mismo tiempo sin restarle libertad al usuario de hacer lo que le plazca y explorar las zonas que más le llamen la atención, aunque eso suponga un peligro para el que quizás no esté preparado.

Si bien hay misiones en la que nos marcan exactamente su ubicación con la PDA, hay otras en las que deberemos ubicarnos utilizando una brújula o simplemente buscar siguiendo indicaciones aproximadas, así que no se trata solamente de ir de un punto A a un punto B; el concepto de exploración del título es mucho más amplio.

Además, los desarrolladores también han logrado que la historia no se sienta lineal, permitiéndole al jugador decidir qué zonas visitar primero y conectándolas argumentalmente de forma tal que es difícil saber si existe una ‘manera correcta’ u ‘ordenada’ de ir avanzando.

Cada jugador podrá completar la aventura de la forma que mejor le parezca; y este tipo de libertades en juegos como Subnautica: Below Zero son de las cosas que más los engrandecen.

Lo que se oculta en la superficie también es importante.

Más allá de que en el Subnautica original existían un par de islas que debíamos explorar, Unknown Worlds redobló la apuesta y en Below Zero hicieron aún más importante a la exploración sobre la superficie; tanto así que introdujeron el Snowfox, un vehículo exclusivo para explorar en la superficie; y depredadores exclusivos para estas zonas.

La mecánica de la temperatura corporal le da un componente diferente a la exploración en la superficie, ya que aquí no tenemos que estar pendientes de que se nos acabe el aire; sino que debemos asegurarnos de que nuestro medidor de temperatura no llegue a cero para evitar morir de hipotermia.

Una de las cosas que más me llamó la atención antes de jugar al juego fue precisamente esto, el equilibrio que le darían los desarrolladores a la exploración sobre y bajo la superficie; y qué tanto tiempo estaríamos en tierra.

Afortunadamente, Unknown Worlds ha logrado un equilibrio perfecto entre la exploración en ambos puntos, dándole muchísima relevancia a los secretos de la superficie, pero sin hacernos pasar mucho tiempo sobre ella y hacer que el juego pierda su esencia.

La exploración en tierra se siente como un complemento y una variante acertada del gameplay que ya conocíamos, dando lugar a nuevas situaciones que se apoyan también en las condiciones meteorológicas dinámicas y ese temible Ice Worm que hasta sale en la portada del juego.

Vehículos y accesorios realmente útiles.

La introducción del Seatruck ha sido otro de los aciertos de Unknown Worlds en este título, descartando al enorme Cyclops del primer juego y sustituyéndolo por un vehículo mucho más ágil, práctico e interesante; ya que da lugar a un abanico de posibilidades amplio por sus compartimientos.

El Seatruck es uno de los pilares del gameplay, pues es el vehículo que nos permitirá desplazarnos con rapidez por todas las zonas del mapa, añadiéndole un componente extra de personalización y utilidad con los diferentes compartimientos que admite; yendo desde un módulo de fabricación para craftear todo lo que necesites sin ir a tu base o un acuario capaz de recolectar las especies pequeñas de cada bioma.

Los módulos se enganchan a la parte trasera del Seatruck y pueden acoplarse hasta más de 5 compartimientos distintos; aunque esto hace que el vehículo sea más pesado, difícil de manejar y, por ende, una presa más fácil para los depredadores.

Por otro lado, el Prawn Suit también está de vuelta en este título; un traje de alta resistencia que nos permitirá bajar a zonas más profundas y estrechas por las que el Seatruck no cabe o son muy peligrosas para ir nadando.

A este vehículo se le acoplan distintos ‘brazos’ que van desde taladros para recolectar minerales de enormes menas o ganchos para trepar y tener una mayor movilidad vertical.

Finalmente, tenemos al Snowfox, otra flamante incorporación de esta secuela y que, a mí juicio, fue uno de los pocos desatinos de los desarrolladores en el juego.

Como concepto, el Snowfox funciona bastante bien, es una especie de moto de nieve que nos permitirá explorar rápidamente la superficie y escapar de los depredadores que allí acechan, además de darle un poco más de adrenalina y rapidez al ritmo de juego.

Sin embargo, el Snowfox se vuelve poco práctico a la hora de entrar en cuevas ya que tiene gran poder de aceleración y es difícil de controlar en trazos cortos. Además, si por alguna casualidad llegas a caer al agua con él, se descompondrá y no tendrá arreglo.

Pero el problema más grande de este vehículo no es él en sí, sino lo inútil que se ve frente al Prawn Suit en la superficie. El Prawn Suit, además de ofrecerte protección hasta contra los enormes Ice Worms, también te permite combatir contra los depredadores y no tener prácticamente ningún miedo de morir en la superficie.

Por esto, en mi partida solo utilicé el Snowfox para probarlo y lo descarté casi inmediatamente al ver sus desventajas. Tomando en cuenta que este vehículo debía ser una de las grandes innovaciones, su utilidad fue extremadamente opacada y, de no existir, no habría cambiado mi partida en lo absoluto.

Criaturas, nuevas criaturas por doquier.

Por supuesto, otro de los puntos altos de Subnautica: Below Zero es la variedad de especies que habitan esta parte del planeta 4546B, cada una con un comportamiento y aspecto único que les dan una identidad nos hace imposible confundirlas, además que si lo hacemos podríamos pagarlo caro.

Una de las criaturas más resaltantes son los Monos de Mar, una especie de individuos muy traviesa que, si bien son amigables, no dudarán en quitarte tus accesorios metálicos para llevárselos a sus nidos. Sin embargo, a lo largo del juego se construye una relación bastante amena con ellos y pueden llegar a ayudar en la recolección de minerales.

En cuanto a las criaturas hostiles, tenemos a una nueva plantilla de leviatanes que se encargarán de darte unos buenos sustos e intentarán sacarte de sus hábitats, aunque en mi opinión ninguno tiene un comportamiento tan agresivo y da tanto miedo como el Segador o Reaper Leviatán de la primera entrega.

Más allá de algunos bugs puntuales y de que a veces las criaturas puedan atravesar paredes o rocas; la IA está bien conseguida y cada criatura tiene un comportamiento consistente y lógico según el rol que se le fue asignado.

Para terminar con este apartado, se debe destacar que aquí también podremos tener nuestro propio acuario y preservar allí las distintas especies del planeta; ya sea capturando directamente a los peces más pequeños o almacenando sus huevos para luego esperar su eclosión.

Puedes construir tu base, con opciones de personalización y hasta altavoces con música.

La base es tu centro de operaciones en Subnautica: Below Zero y es la única forma de tener todos tus recursos de forma organizada y gestionar correctamente todos los accesorios y vehículos del juego.

En Below Zero podrás construir tu propia base con una gran libertad a la hora de diseñarlas; así que podrás darle rienda suelta a tu gen creativo para crear auténticas obras de arte en el bioma que quieras, donde quieras, sin restricciones.

En esta secuela se ha añadido una habitación aún más grande que la Sala Multiusos del primero, con paredes divisorias que te permitirán administrar mejor el espacio y crear un diseño propio tanto interior como exterior.

Además, también podrás cambiarle el color a la base y ponerle tus tonos favoritos; con la posibilidad de adaptarla a los colores del bioma que selecciones para que pase desapercibida o este en armonía con el resto del paisaje.

Y claro, no me podía olvidar de que ahora se puede poner música dentro de la base gracias a la inclusión del jukebox y los altavoces. Con simplemente poner altavoces en las distintas zonas de la base bastará para que la música llegue a cada rincón de tu recinto, más allá de que las canciones sean limitadas (Diving into Deep es un temazo).

Apartado gráfico y sonoro a la altura.

Sumergirse en las aguas de Subnautica: Below Zero es un espectáculo sonoro y visual, convirtiendo en un deleite cada una de las zonas del juego con su iluminación y la gran variedad de flora que la da color, vida e identidad a cada una de ellas.

Si bien los gráficos no son lo más alto de la next-gen, visualmente cumple a cabalidad con su objetivo de lograr una inmersión casi total en los paisajes del juego.

Eso sí, el juego a veces presenta problemas en la generación de texturas y la carga de algunos terrenos en momentos puntuales, pero no es algo que me haya despegado tanto de la inmersión, personalmente.

Y precisamente, un factor importantísimo para la inmersión es su banda sonora y sus efectos de sonido. El trabajo del compositor Ben Prunty ha seguido la estela del OST del primer juego compuesto por Simon Chylinski y no tiene absolutamente nada que envidiarle al primero.

El título cuenta con melodías relajantes que te harán disfrutar de tu estadía en la base y en los tranquilos arrecifes del planeta; pero también tiene temas cargados de tensión e intensidad para cuando somos vistos por una criatura hostil o cuando nos adentramos a una zona muy oscura.

Los efectos de sonido también juegan un rol preponderante en la creación de esta experiencia inmersiva, pues en todo momento estamos escuchando cosas distintas al navegar, desde enormes criaturas a lo lejos hasta sonidos provenientes de cuevas acuáticas o pequeños volcanes, algo que siempre te mantendrá alerta y sintiéndote bajo amenaza.

Por último, en cuanto al rendimiento, más allá de algunas caídas en el framerate en momentos de estrés, el título es completamente disfrutable y jugable en la consola de anterior generación de Sony.

Conclusión.

Subnautica: Below Zero ha logrado superar a su predecesor en prácticamente todos los aspectos, presentándonos una historia mucho más profunda y conectándola de forma magistral con el gameplay para fomentar la exploración de hasta el último rincón de este lado gélido del planeta 4546B.

La practicidad del Seatruck, la interacción con otros personajes y la expansión del lore de la serie, conectándolo con sucesos del primer juego, son solo una muestra del excelente diseño de juego de Unknown Worlds y del crecimiento del estudio durante todos estos años.

Querer seguir jugando después de haber terminado un juego es el mejor síntoma para valorar su calidad; y Subnautica: Below Zero es uno de esos juegos que provoca ser rejugado un par de veces más.

87
Jugabilidad: 9
Gráficos: 8
Sonido: 9
Satisfacción: 9

Análisis

Subnautica: Below Zero mejora en todos los aspectos a su predecesor, presentando una narrativa mucho más profunda y un gameplay más variado que añade nuevas mecánicas y posibilidades creando una experiencia entrañable.

  • Historia profunda y bien argumentada
  • Exploración orgánica y libertad en el mundo abierto
  • Equilibrio perfecto entre exploración submarina y sobre la superficie
  • Apartado sonoro espectacular
  • Bugs y errores que van en detrimento de la experiencia
  • El Snowfox pierde utilidad frente al Prawn Suit