Análisis – Sakura Wars
Poco a poco, cada vez más estudios japoneses asumen el riesgo de lanzar sus títulos al mercado mundial. Sagas como Yakuza, Persona o Valkyria Chronicles han conseguido ganarse al público occidental sin renunciar a su sello 100% japonés, para sorpresa de sus desarrolladores.
En Japón distinguen a la perfección entre videojuegos para jugadores locales y para la audiencia global. Saben que su humor y creatividad a la hora de entrelazar conceptos y presentar personajes y/o situaciones pueden no ser del agrado del resto del mundo.
La censura y lo políticamente correcto –si contemplan tales conceptos– suelen tener muy poca incidencia a la hora de presentar sus propuestas. Lo anterior da como resultado que las tiendas de videojuegos en Japón cuenten con enormes secciones de títulos patrios de los que nunca hemos oído hablar.
Sakura Wars (Sakura Taisen) es un perfecto ejemplo de saga con un largo recorrido y gran popularidad que es casi una total desconocida en Europa y América. Este 2020 podemos disfrutar de su reinicio en PlayStation 4 gracias a Koch Media.
Desde su debut en Sega Saturn, en 1996, su universo ha continuado expandiéndose con secuelas, mangas, animes, OVAS y musicales que no hacen más que afianzar su posición como un JRPG único. Y vaya si lo es.
Llega el momento de que el Gran Teatro Imperial abra sus puertas y estrene su nueva función ante el mundo entero.
El espectáculo debe continuar
La trama nos sitúa en la ciudad de Tokio, en el año 29 de la era Taishô (año 1940). Se trata de un mundo alternativo que entremezcla elementos steampunk y mágicos, donde los demonios mantienen a la humanidad bajo una amenaza constante.
Asumimos el rol de Seijuro Kamiyama, antiguo alférez de la Armada Imperial Japonesa, destinado a servir como el nuevo capitán de la División Flor. Esta división forma parte de la Compañía de Combate Imperial y es una de las encargadas de combatir a los demonios y amenazas que se ciernen sobre la ciudad.
Nada más llegar a su nuevo destino, Seijuro se encuentra con Sakura Amamiya, su amiga de la infancia que sueña con seguir los pasos de la gran Sakura Shinguji, protagonista de las entregas anteriores.
En cualquier otro título, nuestro objetivo principal consistiría en prepararnos para salvar la ciudad repartiendo golpes a diestro y siniestro. En Sakura Wars, combatir es solo una pequeña parte de su propuesta.
La División Flor tiene su base de operaciones en el Gran Teatro Imperial de Ginza, y sus integrantes no son solo soldados; también son actrices. Nuestra labor como nuevo capitán incluye el sacar adelante un teatro al borde de la ruina y ganarnos la confianza de las chicas.
Además de lidiar con ataques demoníacos y un reparto amateur, nuestro escuadrón tampoco goza de una gran reputación. Para salvarlo de su clausura definitiva, debemos ganar el Mundial de Compañías de Combate, competición donde se baten en duelo las divisiones más potentes del planeta.
Desde su debut, allá por 1996, su mezcla JRPG y simulador de citas se ganó el favor del público. Su éxito en tierras niponas era indiscutible, mientras que en occidente hubo que esperar hasta su anterior entrega, Sakura Wars: So Long, My Love (2010), para comprobar de primera mano tan extraño cóctel.
10 años más tarde, Sega asume el desafío de cautivar al público internacional con su peculiar mundo. A pesar de situarse una década después de los acontecimientos del último juego y de las consecuencias de la Batalla de Tokio, este nuevo proyecto no se enfoca como una secuela.
La nueva entrega de la serie no olvida el hilo argumental de sus predecesores, pero sí aprovecha el salto temporal para hacer un reboot de la misma, por lo que no es necesario conocer nada de lo sucedido anteriormente para disfrutar de la aventura.
El desarrollo de la trama se nos presenta como si de una serie anime se tratase. La historia se divide en capítulos que incluyen escenas de animación, avances del siguiente capítulo, intermedios, etc. En esencia, interpretas al personaje principal de un anime.
A raíz de lo anterior, decir que nos encontramos ante lo que sería un anime shônen de acción y romance/harem con todos los elementos que caracterizan a este tipo de géneros. Si ni el anime ni el simulador social se encuentran entre tus géneros favoritos, difícilmente vas a encontrarte cómodo en este mundo.
Por otro lado, si eres fan de la animación japonesa y sus historias de amor/acción, Sakura Wars te ofrece la oportunidad de ser su protagonista. Seijuro puede llegar a ser un personaje de lo más pintoresco en función de tus decisiones.
El argumento del juego se va desarrollando a fuego lento. Al igual que ocurre en el anime, los primeros capítulos sirven para presentarnos al elenco de personajes y facciones, mientras que la verdadera amenaza en las sombras tarda más tiempo en hacer acto de presencia.
Los 8 capítulos que componen su arco argumental cierran su trama. Sin embargo, quedan misterios por resolver y sería una imprudencia por parte de Sega dejar a esta nueva generación de heroínas sin secuelas que continuasen expandiendo su mundo.
Solo existe un final para el juego, variando la escena post-créditos en función de la protagonista con la que hayamos tenido mayor feeling durante la partida. Hay 5 escenas en total para desbloquear.
Tras comentar los aspectos básicos de su propuesta sin spoilers, es el momento de detallar las distintas mecánicas jugables que nos encontraremos en sus escenarios.
La dura vida del protagonista
Como hemos dicho, Sakura Wars nos coloca en el centro de la toma de decisiones asumiendo el papel de Seijuro. Somos el capitán de una legendaria división en horas bajas que necesita mejorar recuperar la gloria.
Cada capítulo del juego se divide en dos partes principales: conversaciones y combates. La segunda parte es puntual, pero de gran intensidad a medida que avanzamos en la historia.
Pasemos a centrarnos en la parte simulador de citas, pues serán las tareas a las que mayor número de horas dediquemos durante el juego.
La División Flor está compuesta exclusivamente por mujeres –con la excepción del prota y el mecánico– y no solo se encargan de erradicar demonios. También dan esperanza a la gente con sus obras teatro… cuando salen bien.
El objetivo principal es convertirnos en el mejor capitán que haya visto la División. Para ello tendremos que encargarnos de solucionar todas las situaciones que surjan a nuestro alrededor y ganarnos la confianza de las chicas.
Para no perdernos ni uno solo de los eventos contamos con el Teletrón, un dispositivo que hace las funciones de móvil, mapa y diario.
Nuestro comportamiento durante las conversaciones es clave para no acabar convertidos en el apestado del teatro. La interacción con el resto de personajes suele dar lugar a LIPS (Live & Interactive Picture System), es decir, la toma de decisiones.
Este sistema de diálogo e interacción adopta distinta formas en función de la situación en la que nos encontremos: estándar, se nos presentan tres decisiones a elegir dentro de un límite de tiempo; cara a cara, conversaciones de eventos especiales donde podemos señalar elementos mostrados en pantalla (los momentos más ecchi del juego); analógico, donde movemos el stick izquierdo arriba o abajo para determinar la emoción de nuestra respuesta, mientras que entorno consiste en resolver un puzle en una ubicación a contrarreloj.
De las respuestas que elijamos en cada una de las distintas interacciones dependerá que causemos una mejor o peor impresión en nuestra interlocutora. Aunque algunas respuestas nos parezcan graciosas y den lugar a una escena cómica, es mejor no abusar de estas. Al menos durante la primera partida.
Cada vez que la liemos en una conversación, ya sea queriendo o sin querer, nos impedirá aumentar la Confianza con ese personaje. Cuanto más confíen en nosotros, más eventos secundarios se desbloquearán en el mapa.
Por supuesto, esta confianza también será lo que nos permita establecer una relación romántica con algunas de las chicas de la división.
El mayor inconveniente que presenta su faceta de simulador de social es la monotonía. Los encargos que no se desarrollan mediante una variante del sistema LIPS pasan a convertirse en simples misiones de recadero sin ningún aliciente.
Al margen de tener citas y mejorar el ambiente en el teatro, caer bien a las protagonistas tiene un papel vital en la segunda mecánica del juego.
En todo capítulo llega el momento de cambiar los disfraces por los Arietes Espiriculares, nombre que reciben los mechas de este mundo. La única forma de combatir a los demonios es subir a bordo de una de estas máquinas de combate.
Seijuro y las 5 integrantes de la división cuentan con Ariete y estilo de combate propios. El capitán y Sakura luchan cuerpo a cuerpo a gran velocidad, Hatsuho es el tanque con ataques físicos de área, Claris es la maga, Azami es la ninja experta en artes marciales y Anastasia ejerce el rol de pistolera.
Para tratarse de un título que no gira en torno a este apartado, sorprende el gran trabajo que se ha llevado a cabo a la hora de definir el estilo de lucha y combos de cada uno de los personajes.
Los combates se centran principalmente en la acción directa con cierto toque musou, durante los cuales nos enfrentamos a varias oleadas de enemigos. Estas misiones se nos presentan de forma distinta en función del objetivo.
Recibiremos un mensaje en el teletrón cuando los demonios y bots ataquen la ciudad. Las misiones de defensa se desarrollan en un mapa cerrado donde solo tenemos que acabar con todos los enemigos.
Cuando la magia negra de los demonios hace acto de presencia, se genera una mazmorra por la que debemos abrirnos paso hasta vernos las caras con un jefe gigantesco. Estos escenarios también incluyen secciones de plataformas entre combates.
La dinámica cambia durante los enfrentamientos en el Mundial de Compañías de Combate. Comenzamos eligiendo a dos de las chicas que nos acompañarán en el encuentro.
En la primera parte, dos equipos de tres integrantes se enfrentan para derrotar al mayor número de demonios posible. El equipo que gane dos de las tres rondas se lleva la victoria.
La segunda parte del encuentro consiste en un duelo 3 vs 3 donde poner a prueba nuestro trabajo en equipo y dominio del estilo de combate de cada ariete.
El sistema de combate es sencillo a la par que adictivo. Con el botón círculo y triángulo encadenamos golpes ligeros y fuertes, respectivamente, para ejecutar distintos combos. También con el triángulo podremos realizar un fatality sobre el enemigo al debilitarlo.
En cierta forma, la ejecución de combos sigue el patrón de los vistos en la serie Yakuza. Pulsar el triángulo marcará el final del mismo, y dependiendo del número de veces que pulsemos el círculo, dará como resultado un movimiento u otro.
También, la variedad de posibilidades se verá afectada por la especialidad del personaje. Por ejemplo, Azami centra sus golpes en un solo objetivo, pero algunos de sus combos permiten lanzarlo por los aires, seguirlo y volver a iniciar uno nuevo desde esta posición.
Respecto a la evasión, los botones X, R2 y R1 sirven para saltar, acelerar y esquivar, siendo este último determinante, pues de hacerlo en el momento justo, el tiempo se ralentizará para que destrocemos a los rivales.
Al derrotar a enemigos, estos soltarán Energía Espiritual, un elemento que irá llenando la barra azul bajo la vida de nuestros personajes y que nos permitirá realizar un espectacular golpe final con solo pulsar el cuadrado.
En las misiones de combate, rara vez estaremos solos, y siempre contaremos con un grupo de 2 ó 3 arietes. Podemos asumir el control de cualquier mecha del grupo cuando queramos pulsando L1.
Si el ariete que controlamos pierde todos sus PV, asumimos el control del siguiente disponible, y perderemos la partida al quedarnos sin arietes activos. Por otro lado, al transcurrir un tiempo, un ariete caído puede volver a la acción tras un tiempo de recuperación.
Sakura Wars aleja su sistema de combate del JRPG estratégico en busca del enfrentamiento directo. Lo mismo sucede a la hora de mejorar al grupo. ¿Recordáis que habíamos dicho que la confianza era importante?
Nuestra conducta en las partes de exploración y conversación de la aventura influirá en las estadísticas de combate. Cuanta mayor confianza tengamos con las chicas, mejor combatirán.
En los intermedios de cada capítulo, aparecerá un menú donde guardar la partida de forma manual (solo cuenta con autoguardado) y echar un vistazo al Estado del Grupo. Aquí podremos conocer cómo va avanza nuestra relación con las integrantes del escuadrón y nuestra valoración como capitán.
El segundo factor que influye en el rendimiento de combate es la Moral. Las misiones de combate muestran en pantalla un medidor de moral, el cual irá aumentando o disminuyendo en función de cómo combatamos.
Al evitar sufrir daños, realizar combos de muchos golpes y derrotar a enemigos, el medidor de moral subirá de nivel. Cuanto más alto sea este nivel, mejor combatirán los arietes del grupo controlados por la IA, además de potenciarse las estadísticas de ataque y defensa.
Ganarnos la confianza de las chicas durante las conversaciones también nos permitirá desbloquear movimientos conjuntos. Estos se activan al pulsar el botón táctil en combate (escena anime mediante) e imbuirán a los personajes con un aura que potenciará sus estadísticas durante un tiempo limitado.
Sin embargo, los combates son una actividad secundaria a los largo de la aventura. Aunque cada capítulo cuente con su dosis de enfrentamientos, estas secciones tienen una duración de unos 20 minutos.
Las secuencias de acción solo engloban una tercera parte de las 25-30 horas de duración del título. Sirva como ejemplo que tardaremos más de una hora en adentrarnos en la primera mazmorra y vernos las caras con el primer jefe demoníaco. Eso sí, son fases cortas a la par que intensas.
No es recomendable llegar a Sakura Wars con la idea de estar ante un RPG donde pasar horas combatiendo y subiendo de nivel. Más bien lo contrario. Combatir es una actividad más al margen de su esencia visual novel, como lo son también el coleccionar cromos o echar una partida a Koi-Koi Wars.
Eso sí, no te vas a quedar con las ganas de combatir. Aunque siguiendo solo la historia principal los enfrentamientos son esporádicos, siempre existe la posibilidad de acceder al Simulador de Combate y rejugar las mazmorras con los personajes que queramos.
A partir del capítulo 3 podremos dedicarnos a familiarizarnos con los estilos de combate de cada ariete, mejorar la calificación obtenida en las misiones y aumentar nuestra colección de cromos completando desafíos.
La dificultad de los combates es baja y rara vez nos pondrán contra las cuerdas. Los mayores inconvenientes durante la lucha se deberán a la ausencia de un botón para fijar al objetivo (cosa rarísima) más que a la habilidad del rival. Es mucho más difícil ganar una partida al minijuego de cartas Hanafuda.
Al ser un título que carece de progresión por niveles y de armas o accesorios para equipar, el objetivo principal de sus combates en tiempo real es que disfrutemos de la lucha haciendo uso de todos los movimientos a nuestra disposición.
Además, la actualización 1.01 del juego ha incorporado la muy necesaria opción de fijar objetivo en combate, guardado manual, radar, nuevo ariete para Sakura basado en la nueva adaptación anime, personalización de controles y registro de todas las conversaciones.
La historia y personajes tienen la habilidad de atraparnos una vez entramos en su mundo. Se trata de la primera entrega de la serie que no ha pasado por las manos del estudio Red Entertainment y que tiene por objetivo afianzarse a nivel internacional.
Esta vez, la tarea ha recaído sobre el Team Sonic de Tetsu Takano a la cabeza. El equipo se ha fijado una meta ambiciosa con un título que pone en práctica grandes ideas y que busca su particular equilibrio entre simulador de social, visual novel y RPG de acción en tiempo real.
Lanzar al mercado occidental este nuevo proyecto tan único era un riesgo, pero deja claro que, esta vez, el nombre de Sakura Wars puede convertirse en un referente a nivel mundial de un género aún por descubrir.
Anime es estado puro
Es innegable que las raíces del título se encuentran en el anime. No solo por el diseño de sus personajes en un mundo 3D; también por las escenas anime que se intercalan en los momentos más importantes de la historia.
Para más señas de esta influencia manganime, decir que el juego ha reunido a mangakas, ilustradores y animadores de gran calibre, como Yukiko Horiguchi (Lucky Star, K-On y la reciente Hello World), BUNBUN (hermano menor de la anterior e ilustrador de Sword Art Online: Progressive), Fumikane Shimada (Girls und Panzers), Ken Sugimori (Pokémon)o Shigenori Soejima (Persona 3-5, Catherine).
Por si fuera poco, los personajes principales han sido diseñados por Tite Kubo, autor archiconocido manga Bleach, el cual prepara su regreso al anime.
La puesta en escena no cuenta con un apartado gráfico revolucionario, pero el talento del equipo artístico suple las limitaciones técnicas del Hedgehog Engine 2 (Sonic Forces). Lo mismo ocurre con los escenarios, donde se da prioridad a la calidad frente a cantidad.
A medida que avancemos en su historia, desbloquearemos nuevas ubicaciones a las que viajar en el distrito de Ginza. Cada lugar tiene personalidad propia, con NPCs dotando de vida a la ciudad, y consiguiendo sumergirnos en su particular minimundo steampunk a medida que pasan las horas.
Lo que llama poderosamente la atención a la hora de viajar por las distintas zonas del juego son los tiempos de carga. Su presencia es comprensible cuando viajamos a una nueva área, pues no estamos ante un juego de mundo abierto. Menos sentido tiene que veamos aparecer una pantalla de carga de un par de segundos cada vez que atravesemos una puerta dentro de una misma ubicación.
En el apartado sonoro destaca la participación de Kohei Tanaka. El creador de la banda sonora del anime y películas de One Piece firma una serie de pistas que no hacen más que potenciar la sensación de estar dentro de tu propia serie.
Combatir contra un jefe durante un momento dramático de la historia y que comience a sonar el tema principal, Geki! Reikoku Kagekidan, es una muestra más del tipo de momentos made in anime que nos esperan.
El doblaje mantiene las voces en japonés y, al igual que ocurre en su apartado artístico, ha reunido a seiyuus de gran calibre. Lo único malo es que se producirán conversaciones durante los combates y habrá que elegir entre leer o pelear.
Por primera vez, un título de la saga Sakura Wars dispone de textos en español. No podemos hacer otra cosa más que aplaudir el excelente trabajo que ha llevado a cabo el equipo de localización al castellano. Han conseguido unos tejer unos diálogos naturales con expresiones típicas nuestras para dotar de personalidad propia a cada uno de los protagonistas.
Clasificar un título como este dentro de un solo género es tarea imposible, y bien haría Sega en seguir el ejemplo de Kojima e inventarse un nombre para facilitarnos el proceso. Sin duda, el proyecto lo merece.