Análisis Uncharted: The Nathan Drake Collection

86
Nate demuestra su poderío en la remasterización previa a su llegada definitiva con Uncharted 4
Por Manuel Gimeno 30 septiembre, 2015

Ya estamos de nuevo a vueltas con las remasterizaciones. El eterno debate sobre la necesidad de disponer de ellas, la intención de las compañías por llevarlas a cabo y el interés del usuario ante la posibilidad de jugar de nuevo a algo que ya se disfrutó en el pasado. Pero seamos sinceros, todas estas controversias parece que pesen algo menos cuando los protagonistas son títulos de mucha importancia, de aquellos que marcaron un antes y un después o que representan casi toda una generación de consolas. La saga Uncharted reúne todos esos requisitos, y es por ello que The Nathan Drake Collection tiene, de entrada, algo especial con respecto a demás trabajos parecidos.

Lo solemos decir bastante a menudo, pero en esta ocasión es todavía más necesario. Una de las razones por la que PlayStation apuesta fuerte por las remasterizaciones tiene que ver con el gran porcentaje de usuarios de PS4 que no tuvieron una consola PlayStation 3, con lo que no son pocos los interesados en jugar por primera vez a los grandes exclusivos que Sony logró lanzar en la anterior generación de consolas. Con la colección que tenemos entre manos, además, nos encontramos con que todos los juegos de Naughty Dog han dado el salto definitivo a la ya conocida “true high definition”.

Pero centrándonos ya de una vez en Uncharted: The Nathan Drake Collection, no descubriremos nada a nadie si decimos que nos encontramos ante tres juegazos de bandera que revolucionaron los juegos de acción y aventuras tal y como los conocemos. Con una inspiración clara en la saga Tomb Raider, y bebiendo de películas como las que protagonizó Harrison Ford con Indiana Jones, Nathan Drake saltó al mundo de los videojuegos con toda la fuerza que le proporcionaba un carisma sin igual y unas historias que se alimentaban de leyendas archiconocidas para volverlas a contar en cada uno de sus tres juegos.

Esta franquicia, que se ha movido siempre en una jugabilidad third person shooter muy conservadora ya incluso para sus tiempos, experimentó diferentes mejoras a nivel técnico e interactivo con cada una de sus entregas, reflejándose ese salto en esta remasterización. Es por ello que Uncharted: El Tesoro de Drake es con diferencia el juego que menos luce en la remasterización, pero no porque el trabajo realizado sea malo, sino porque el nivel con el que contaba el juego original no era tan alto como en el segundo y tercer episodio. Drake, Sully o Elena, por ejemplo, aparecen con menos polígonos (como así fueron concebidos en sus inicios), pero el escalado se ejecuta notablemente. Es por ello que la primera aventura de Drake luce muy bien, con una resolución a 1080p y una frecuencia de imágenes a 60fps que se extiende luego también a los otros dos juegos.

Y es que el trabajo que ha llevado a cabo Bluepoint Games es encomiable. Autores de remasterizaciones tan buenas como Metal Gear Solid HD Collection o The ICO & Shadow of the Colossus Collection, y de algunas menos buenas como God of War Collection, esta vez nos encontramos ante un trabajo sólido que hace justicia a algunos de los juegos más importantes con los que contó PlayStation 3.

Uno de ellos sin duda es Uncharted 2: El Reino de los Ladrones. El juego, que para el que suscribe estas líneas es el mejor de la franquicia con diferencia, muestra su podería audiovisual y jugable evidenciando de nuevo el gran salto que se produjo con respecto a su predecesor. Si la segunda aventura de Drake fue buena originalmente, ahora se exhibe de escándalo, con un nivel ya más acorde a la cantidad de polígonos y calidad de texturas que podríamos ver incluso en cualquier juego actual. Y tres cuartos de lo mismo con Uncharted 3: La Traición de Drake, el título con mejor calidad gráfica de todos, pero que tal vez no destacó tanto en su día porque el salto que dio fue mucho menor dado el excelente nivel de la segunda entrega.

Uncharted: The Nathan Drake Collection se muestra así completamente sólido a nivel técnico, mejorando mucho en el tiempo de carga con lo visto en PS3, y siendo totalmente estable con su incremento de fotogramas. Esta última especialmente una preocupación habitual, pero que en esta vez queda fuera de toda duda al haber visto siempre un rendimiento óptimo en situaciones con múltiples objetos moviéndose en pantalla.

Tampoco nos olvidamos del sonido, que mantiene su excelente calidad en una banda sonora ya clásica en esto de los videojuegos. Únicamente tuvimos un susto importante con las voces, ya que la copia de prensa que se nos facilitó a los medios en España solo contaba con el doblaje en inglés, polaco, ruso y turco. Pero falsa alarma, desde PlayStation España nos han confirmado que el juego llegará a las tiendas totalmente traducido y doblado al castellano.

Pero no todo iba a ser de color de rosa en esta remasterización. Tal vez porque Naughty Dog ha externalizado el desarrollo de Uncharted: The Nathan Drake Collection al contrario de lo que sucedió con The Last of Us: Remastered (éste sí llevado a cabo por el propio estudio), nos encontramos con que ni Uncharted 2: El Reino de los Ladrones ni Uncharted 3: La Traición de Drake disponen de sus famosos modos multijugador. Una ausencia destacada que no podemos pasar por alto, y que seguramente impida que este trabajo no esté a la misma altura del que se hizo con The Last of Us.

Aunque las malas noticias no acaban ahí. Tampoco nos quedamos conformes con la decisión de no contar en esta colección con Uncharted: El Abismo de Oro, el que sin duda es uno de los mejores juegos que ha tenido PlayStation Vita hasta la fecha. No nos sirve de excusa que desde Naughty Dog no lo consideren relevante a nivel argumental, pues ésta era una ocasión perfecta para reunir en un mismo disco todos los juegos de la saga y en la más alta calidad.

Pero no acabaremos el texto con mal sabor de boca. Uncharted: The Nathan Drake Collection no solo trae consigo la resolución y la tasa de imágenes por segundo que hemos comentado anteriormente, sino que también se une a la popular moda de incluir el modo Foto para realizar las mejores capturas posibles en plena partida. Los más fans de la fotografía y de compartir sus experiencias en redes sociales están así de enhorabuena, porque justamente ninguno de estos tres juegos carecen de momentos álgidos y apasionantes que poder inmortalizar.

Pero más allá de este asunto, se implementan algunas novedades en cuando a modos de juego. La primera de ellas es la llegada de Carrera Continua, que permitirá medir el tiempo que tardamos en completar cada juego y cada capítulo y colocarnos en un ránking para comparar nuestras marcas con la de otros amigos. También la dificultad se ve ampliada, tanto por arriba como por abajo. Nos encontramos con la dificultad Exporador diseñada para los que quieren hacer de cada Uncharted un paseo en barca y disfrutar simplemente de la historia; pero también con la dificultad Brutal. Y es que si había alguien a quien jugar en Aplastante le parecía algo no demasiado complicado (que salga el valiente, venga), Brutal elevará aún más el reto en cada uno de los tres juegos. También tenemos más de 80 trajes para Drake, que bueno, nunca están de más si queremos adentrarnos en cada aventura de una forma algo diferente a lo normal.

86
Jugabilidad: 8.5
Gráficos: 8.75
Sonido: 9
Satisfacción: 8.5

Análisis

Hemos visto muy buenas remasterizaciones, pero a nivel técnico Uncharted: The Nathan Drake Collection se coloca de las primeras. Únicamente la falta del multijugador y la ausencia del Abismo de Oro lastra un trabajo que, por lo demás, es impecable.