Análisis de Beyond Eyes (PS4)

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El precioso cuento interactivo solo guiado por una niña ciega. Más allá de la vista.
Por Javi Andrés 10 septiembre, 2015

Es magnífico que se utilice un soporte como el del videojuego, con sus particularidades y fortalezas, para buscar formas de expresión y enseñanza innovadoras. Nunca se había tratado una discapacidad como en Beyond Eyes, y nunca la ceguera total había tenido un juego de consola como éste que representase perfectamente las particularidades de desenvolverse en el mundo cotidiano sin ver absolutamente nada. Con una preciosa carta de presentación basada en su llamativo despliegue artístico y una serie de elementos a nivel de interacción y juego que dictan por completo cómo se desarrolla este “cuento jugable”, esta producción independiente y hecha durante años por una sola programadora es capaz de acercar a cualquiera un poco más a las sensaciones, temores, actitudes, precauciones y estímulos que acompañan día a día a las personas ciegas.

Sensible, reflexivo, original y muy pausado, Beyond Eyes cuenta la historia de una niña adorable, Rae, que por accidente se queda sin visión y se atreve a adentrarse en el mundo que hay más allá de su jardín, agradable estancia que actúa como refugio y páramo para el descanso y reflexión desde que un error con fuegos artificiales le arrebató la vista y cambió su vida por completo. Rae necesita ahora constantes puntos de referencia y tira de su memoria y lógica para saber dónde está cada cosa, cada camino, cada pared y cada colorida flor de su pequeño paraíso. Todo esto lo siente el jugador junto a ella, que mando en mano tendrá que ayudarla a buscar a Nani, un gatito del que se hace amiga y que acaba llevándola por nuevos entornos muy distintos y totalmente desconocidos con la particularidad de no enseñar en pantalla absolutamente nada más que lo que rodea directamente a la pequeña y ha podido sentir mediante tacto, olfato y oído.

Con este truco de gráficos autoevolutivos donde con elegancia la mayoría de la pantalla permanece en blanco y solo se colorean las referencias reales, olores, formas tocadas o sonidos, su creadora, Sherida Halatoe, consigue que desde nuestro sofá y mando de PlayStation 4 en mano nos sintamos realmente ciegos y con atención a estímulos que quizá comúnmente pasamos por alto. Éste es otro mundo donde importan muchísimo el canto de un pájaro, el claxon de un coche, el sonido del agua en movimiento o el ajetreo de unas ramas. Y, por supuesto, el maullar de Nani, la gran guía para Rae en su delicada y particular aventura personal. En apenas 2 horas el jugador habrá conocido el desenlace de esta coqueta fábula con mucha moraleja y lecciones vitales que, por suerte para todos, nos acercan muchísimo y como nunca antes al mundo de las personas ciegas.

Beyond Eyes es un experimento, en ningún caso un videojuego al uso ya que aquí no hay desafíos con prueba y error ni emociones fuertes y cargadas de adrenalina violenta de las que abundan en este entretenimiento. Al contrario, en esta fantasía virtual se buscan las sensaciones sin posibilidad de perder ni emocionantes cuentas atrás ni imprevistos sorprendentes. De hecho, puede resultar un “juego” aburrido para quien no sepa qué va a encontrarse o para el jugador más crítico que no pare de ver oportunidades tradicionales realmente desaprovechadas en elementos que dan forma y vida al onírico mundo que su diseñadora ha puesto en pie. Aquí hay una extraña paz y calma expresadas, para empezar, con los colores y el trazo a acuarela que caracteriza -por encima de todo- a la propuesta.

El aspecto del juego en movimiento es envolvente, muy bien llevado con el motor Unity a niveles técnicos en imagen y sonido, y claramente inspirador para hacernos sentir como la perdida Rae a medida que se dibuja y desdibuja todo de forma fluida. Todo parece un laberinto donde no sabemos si podemos seguir avanzando hasta que nos acercamos y tocamos una pared, un escalón o nos sentimos cerca de una ruidosa y angustiosa carretera, representada en colores oscuros y apagados para expresar el miedo que produce sobre la pequeña. Como éste, muchos otros elementos infunden pavor en Rae, elementos que le resultaban desconocidos o que han engañado a sus otros sentidos. Ropa tendida que resulta ser un macabro espantapájaros cuando lo toca, o un olorcillo a animal que acaba no siendo la adorable estampa que imaginaba a priori. Hay que acercarse para comprobar, y esto se ha resuelto de forma magistral en términos pictóricos.

El viaje guarda algunas sorpresas y partes más estresantes, pero tampoco es demasiado largo ni variado, ni se aprovechan algunas partes que sugieren mecánicas de juego interesantes que no están. Hay un mimo especial a los detalles y las sensaciones materializadas en la pantalla del juego, como un salpicar de gotas continuo que genera escenario cada vez que se produce un sonido. Rae, que camina muy lenta y llega a hacer interminables algunas secciones, no es ciega de nacimiento, y esto le permite intuir las formas, los materiales, las distancias o los colores de forma natural. Se nota que lleva poco tiempo sin poder ver y que vio anteriormente, Beyond Eyes consigue transmitir eso. Además, la expresividad de sus gestos, la música y los efectos de sonido terminan de perfilar la experiencia. Todo con un toque muy minimalista y donde el silencio también es importante, pero logrando una elegancia y buen gusto inusitados.

68
Jugabilidad: 6
Gráficos: 7.5
Sonido: 7
Satisfacción: 7

Análisis

Beyond Eyes no es un videojuego al uso, con desafíos y diversión directa con una prueba a los reflejos o la atención. Este experimento busca simplemente hacernos sentir como una persona ciega que camina muy despacio buscando a su gatito y tiene que prestar atención a estímulos que los videntes normalmente pasan por alto. El envoltorio y la presentación son sugerentes, muy bonitos en música, efectos, colorido y fluidez de imágenes, pero a cambio nos encontramos con algunas oportunidades desaprovechadas que no le dejan llegar un poco más alto. Quedará en el recuerdo como un acercamiento realmente diferente, estético e interactivo de verdad al día a día de las personas que no ven y alguna vez sí vieron. Propone una sensibilidad que nunca se había manifestado y la acompaña de una idea original en general bien llevada. Es un poco caro para lo que dura, pero realmente es único.