Impresiones Pro Evolution Soccer 2016
La tradicional entrega anual de Konami nos deja muy buenas sensaciones
Como cada año, en el E3 de Los Ángeles tenemos la oportunidad de probar los nuevos juegos de fútbol. Desgraciadamente y como todos sabéis, el mercado ha hecho de embudo, y en la actualidad solo tenemos dos contendientes: FIFA y PES. Se acabaron los tiempos de experimentos de otras compañías, y aunque todavía se oyen voces sobre el deseo de que desarrolladoras como 2K se suban al carro, nos tenemos que seguir conformando con esta clásica rivalidad.
De todas formas, la situación actual es muy interesante. Por un lado, FIFA ha reinado con facilidad durante los últimos años. Tiene la mejor tecnología, el mayor presupuesto y prácticamente una ventaja generacional. Konami sin embargo ha relegado a PES al ostracismo más absoluto, por culpa de decisiones tan criticables como incomprensibles. Este panorama ha generado que, ahora mismo, EA se encuentre en una zona de confort peligrosa, mientras que Konami solo tiene las de ganar, con un reinicio relativamente reciente (introducción del Fox Engine en la saga) y muchas ganas de devolver a su producto al trono de los juegos de fútbol.
Pero vayamos al grano. Este año, de nuevo, hemos asistido al estand de Konami, donde los dos protagonistas absolutos de la compañía no han faltado a su cita. De Metal Gear Solid V ya tenéis unas impresiones en la web, pero hoy veníamos a hablaros de PES 2016. De nuevo, se montó una especie de sports bar para la ocasión, que pretendía fomentar la clásica reunión entre colegas para echar unos partidos. Éste además estaba decorado con flyers promocionales de antiguos PES y Winning Eleven (nombre del juego en Japón), ya que se cumplen 20 años del inicio de la saga, por lo que el escenario nos motivaba más que nunca. Neymar además debuta en portada, y aunque en la demo el catálogo de equipos dejaba que desear (varios clubes italianos y tres selecciones), teníamos ganas de probar las habilidades del crack brasileño.
Dicho y hecho: nos estrenamos con un Brasil contra Alemania. Por encima de la presentación del partido, lo primero que nos llamó la atención de manera positiva fueron las nuevas animaciones de los jugadores. Parece mentira que en un año hayan mejorado de esta manera un aspecto tan criticado. Los jugadores por fin reaccionan como deben, y aunque se nota la herencia de PES 2015, por fin nos hemos llevado la sensación de que interpretan nuestras acciones como debe ser. Otro de los puntos que nos han encantado son el sistema de colisiones y la libertad para mover al jugador por el campo. El juego físico es más evidente, con forcejeos de todo tipo (y situaciones raras debido a glitches, todo sea dicho), y ahora cada balón aéreo debe ser peleado con uñas y dientes. Ya no vale dejar pulsado un botón para que el jugador adivine la trayectoria, sino que somos nosotros los que nos debemos anticipar al rival.
Ante la sorpresa inicial, nos comentaron que esta versión se encontraba al 50-60% de desarrollo, por lo que el margen de mejora respecto a algunas reacciones extrañas en la física de los jugadores es todavía muy amplio. Sigue arrastrando fallos como las redes, que parecen de piedra, y cantan algunas animaciones que están ahí desde los peores momentos de la saga. De todas maneras, las mejoras inclinan la balanza a favor de PES 2016. La física del balón sigue dando un subidón de calidad cada año, y ahora son más evidentes los pequeños matices como los botes que da el balón en un pase raso. Por otra parte, los porteros, tan criticados otros años, realizan paradas nunca vistas, a mano cambiada tras un tiro bombeado o estiradas imposibles a ras de suelo. No nos convencieron, sin embargo, algunos tiros, por ser exageradamente fuertes respecto a la postura que adoptaba el jugador en el remate, pero como decimos, con un código tan prematuro todavía hay tiempo para seguir trabajando.
En cuanto a lo puramente estético, el Fox Engine vuelve a ser exprimido. Por ejemplo, el césped ahora tiene relieve y se siente mucho más realista, así como el ambiente en el campo, con más y mejores modelados para el público. Otro apartado que sigue mejorando con cada entrega es la iluminación, aquí mucho más discreta y mejor trabajada, apostando de nuevo por el realismo. Konami tiene la ventaja de que solo puede ir a mejor, y de ahí que aproveche para introducir detalles nunca vistos, como el clima dinámico. Que el partido empiece nublado, caiga un chaparrón y acabe despejándose en los últimos minutos por fin es posible. Además, esto afectará al rendimiento del balón y los jugadores sobre el campo, lo que añade un plus de aleatoriedad que se echaba de menos en PES.
Nos confirmaron la posibilidad de cargar archivos con nombres y equipaciones corregidas en la versión de PlayStation 4, una manera un poco extraña de arreglar la falta de licencias habitual, pero al fin y al cabo una solución para todos aquellos que deseamos jugar con equipos reales. Por otra parte, la Champions League seguirá por unos cuantos años más con Konami (acaban de renovar el acuerdo), y continuaremos disfrutando de competiciones tan interesantes como la Europa League o la Supercopa de Europa. No nos han dado más detalles sobre los campos disponibles, pero sí nos han instado a la Gamescom, donde como cada año podremos jugar a una versión mucho más avanzada.
En definitiva, este PES 2016 nos ha dejado un gran sabor de boca. Finalmente hemos podido disfrutar de una edición a la altura de su legado. Las animaciones se adaptan mejor que nunca a la situación del balón y los jugadores, la física del balón sigue siendo una maravilla y por fin los tiempos de respuesta son inmediatos. Hereda todavía algunos detalles de anteriores ediciones que chocan con las buenas sensaciones generales, pero por suerte en Konami cuentan con algo muy importante: tiempo. Así que, de momento, miraremos al horizonte con optimismo, porque aunque suene a la misma cantinela de siempre, este año, al menos en lo personal, nos subiremos al carro de Pro Evolution Soccer.