Objetivo Platino Extra: Jugando a medias
Pacto entre... ¿caballeros?
Muy pronto nos habíamos despedido de la sección Objetivo Platino. En nuestro artículo de cierre de la sección repasamos muchos de los temas que ya habíamos tratado y sin embargo… faltaba algo. Una de las funciones que incluye PS4, la consola de nueva generación. No, no estamos hablando de la posibilidad de borrar los trofeos de listas que tengamos al 0% que se añadirá con la próxima actualización de firmware, sino de algo muy distinto. El Share Play.
Seguramente todos, en alguna ocasión hemos pasado por un mal momento en un juego. Esa pantalla que no conseguimos superar, ese jefe frustrante que no conseguimos derrotar. Ese minijuego que no podemos completar, esa carrera que no podemos ganar. Muchos, en alguna ocasión, han hecho o han oído la pregunta “¿Tú que eres tan bueno, me lo pasas?”, más de una vez, seguramente, de un hermano, un primo, un amigo con el que nos cambiábamos los juegos. En los casos en los que se incluía un modo cooperativo, que aunque ahora nos parezca muy normal, antes era toda una rareza, la cosa se ponía algo más sencilla en determinados casos.
Esto adquiere una nueva dimensión a partir de la anterior generación de consolas, cuando se establece de forma generalizada el juego online. Algunos juegos empiezan a incluir las funciones de juego cooperativo, en ciertos casos incluso se trata de una adición al modo Campaña o modo Historia, con lo que siempre podremos contar con un amigo o un conocido.
¿Nos vais siguiendo, no? Ya estamos puestos en materia general, ahora entramos de lleno en lo que nos interesa en esta sección: los trofeos. Podríamos poner varios ejemplos, pero vamos a escoger no un juego, sino un género, el de los juegos de disparos en tercera persona.
Como suele suceder con los juegos de este género que incluyen un modo cooperativo, la cosa jugando en pareja se vuelve más interesante y más divertida. Podemos llevar a cabo nuestras propias estrategias, nuestro compañero puede reanimarnos si caemos… y la dificultad más alta no es tan alta como parecía. Las cosas se vuelven algo más sencillas y conseguir trofeos, incluso aquellos que no requieren de un compañero, se vuelven más fáciles.
Aquí queríamos ir a parar exactamente. Hay muchas veces en las que el factor online facilita conseguir determinados trofeos. Superar una complicadísima misión sin que te descubran es más fácil si tienes un compañero que te cubra las espaldas, que ayude a eliminar enemigos de forma simultánea para acabar con la amenaza de una alerta. Pero en todo momento somos dos personas, cada una dependiente de su propia habilidad y lastrada o apoyada por la del otro. Ahora bien, ¿qué pasa cuando nos convertimos en un mero espectador y nuestro compañero pasa a tomar por completo el control de la situación?
Esta es la premisa del Share Play. Esta función permite que un jugador al que invitemos tome el control de nuestro personaje, nuestra partida se convierte en la suya. Sin necesidad de que haya modo online o cooperativo de ningún tipo, nuestro invitado pasa a tomar el control. Si bien hay algunos juegos en los que esta función está bloqueada (en general, bajo el motivo de los desarrolladores de no haber podido trabajar con ella y por tanto no querer incluir algo que no saben cómo funciona), la mayoría de los juegos soportan esta función.
Alguien ajeno al sistema de trofeos quizás pueda pensar que este jugador invitado tiene su propia partida, nosotros simplemente servimos como una suerte de host que cede el control de nuestro personaje al otro jugador. Es más, muchos quizás piensen incluso que el invitado consigue sus propios trofeos… pero esto no es así.
En este mundillo siempre ha habido una práctica, más o menos cuestionable (eso ya queda a opinión de cada uno) de “prestar” nuestra cuenta a otra persona para que pueda utilizar nuestra partida guardada y conseguir ese trofeo que tanto nos cuesta y sin embargo sabemos que a la otra persona no le dará muchos problemas. Esto conlleva los riesgos evidentes, entre el que destaca el obvio posible robo de cuentas. Sin embargo… el Share Play nos permite esto de forma totalmente lícita y sin riesgos.
Nuestro invitado juega nuestra partida desde nuestra cuenta, pero sin tener acceso a nuestra cuenta… con todas las consecuencias. Es decir: puede conseguir trofeos. Mejor dicho, puede conseguirnos trofeos.
Desde Objetivo Platino muchas veces hemos dejado clara nuestra postura con respecto al sentido de los trofeos. Superación, recuerdo de los malos momentos que hemos podido pasar en un juego, alcanzar una meta en ese título que tanto nos ha dado. ¿Dónde queda entonces todo esto, si cuando tengamos un problema con un trofeo concreto no necesitaremos horas de práctica, sino un rato de búsqueda por internet hasta dar con alguien que nos lo quiera conseguir?
Cada uno es libre, por supuesto, de tener su propia postura en este asunto, ya que el sistema es totalmente lícito. Pero esto deja abiertas muchas cosas. Por el momento, las páginas líderes en seguimiento de trofeos, como la conocida PSNprofiles, registran nuestros trofeos ocultos. Seguramente muchos estén de acuerdo en la idea de que lo justo sería que también se implementase un sistema que diferencie los trofeos obtenidos via Share Play y los que realmente hemos conseguido por méritos realmente propios.
También, por supuesto, se abre el camino a una cara realmente negativa de esta opción. ¿Cuanto tardaremos en encontrarnos con gente que se dedique “profesionalmente” a conseguir los trofeos de otros? Es bastante posible que ya existan muchos jugadores así, de hecho. ¿Por qué decimos que es algo negativo, porque se haya creado un nuevo tipo de trabajo? No. Porque se trata de un trabajo que se aprovecha de una necesidad irreal. Recordad siempre una cosa: los trofeos, a día de hoy, no tienen ninguna utilidad práctica.
La satisfacción del “plin” de los trofeos nunca debe pasar una determinada línea, que es la que nunca debe atravesarse en un hobby o una afición cualquiera y es la línea de la adicción. Si estás dispuesto a pagar con tal de conseguir un trofeo, por tu bien, intenta dejar de jugar.
La conclusión a la que hemos llegado hoy aquí es que… no hay una conclusión definitiva. Sony ha dado esta posibilidad a cualquier jugador que tenga una conexión que soporte el Share Play. Ha hecho lícito el sistema. No estamos en un caso de “hecha la ley, hecha la trampa” sino de “esto es lo que hay”.
Es una decisión de cada uno decidir aprovecharse de esta posibilidad, o de dejar que alguien se aproveche de nuestra habilidad para conseguir un trofeo. Nadie puede (salvo que Sony aplique esa diferenciación de trofeos “propios” de los conseguidos con el Share Play) señalar al que lo use para conseguir trofeos. No obstante, nosotros lo tenemos claro. Permaneceremos en el camino recto. Aunque lleve más horas.