Haze

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Free Radical aplica Néctar a Playstation 3.
Por Rafael Jurado Sánchez 8 julio, 2008

Introducción

Decir Free Radical es casi como decir Timesplitters. Esta tanda de tres fps que salieron en su día en Playstation 2 renovaron un género manido y anclado en clichés, revolucionándolo por completo. Su estilo y jugabilidad inconfundibles les hicieron merecedores de un renombre en el mundo de los videojuegos.

Ahora nos envían Haze, una dosis de acción que, aunque con retraso, va a llenar de tiros, humor negro y trama con moraleja nuestras consolas. Entraremos en las filas de Mantel, guardianes del “orden” en un mundo caótico, probaremos el Néctar, que hace de las tropas un grupo terrorífico y letal, descubriremos la verdad escondida tras las viseras amarillas y la huella roja de Mano de la Esperanza.

Si por algo se puede criticar a Haze es por la montaña rusa que representa intentar calificar su apartado visual. A pesar del buen aspecto mostrado en muchos vídeos, el resultado final no está ni mucho menos exento de taras, aunque no quiere decir ello que sea un completo desastre. Vamos a puntualizar las cosas.

Para empezar, hablaremos de los personajes. La palabra que los define es correctos. Cumplen su cometido sin alardes, con unas texturas de gran calidad, aunque sin muchos detalles y con un diseño bastante poco original, y por lo general unas buenas animaciones, más notables en las tropas de Mantel que en los rebeldes. Esto es más notorio en las escenas narrativas creadas con motor del juego, donde los movimientos expresivos tienen mayor protagonismo y calidad. En juego, tanto tropas como rebeldes, son algo más cuestionables. Si bien su calidad visual no empeora, es obvio que las animaciones son más escasas y mecánicas, resultando en consecuencia un aspecto bastante mediocre.

Por otra parte, tenemos los escenarios. Sin duda es el mejor aspecto gráfico del juego, aunque con matices. Cuando empezamos, nos encontramos en la selva, el mismo escenario que vimos en la demo. Aunque ha mejorado considerablemente con respecto a esta, la evolución no ha sido tan notable como debería. Si bien veremos un escenario muy cambiado y más grande y detallado, la total falta de vida en este lugar es el detalle más destacable, junto a algunas texturas de baja calidad que enturbian el resultado final. Aunque contamos con diversos elementos destruíbles, estos siguen siendo pocos, limitándose la mayoría de ocasiones a objetos que no se tienen porqué encontrar en nuestro camino. Este detalle se extiende a la gran mayoría de escenarios, aunque se ha de decir en su defensa que la primera toma de contacto es engañosa, puesto que el resto de emplazamientos son de una calidad mucho mayor.

Quiero citar en un párrafo aparte la iluminación. Es como un apartado propio en ciertas situaciones, realzando muchos escenarios y localizaciones y dotándolos de una calidad mucho más alta. Como antes, este detalle se aprecia mucho más una vez superamos el primer nivel del juego que parece como una frontera entre las primeras impresiones y lo que verdaderamente ofrece Haze. Tanto en exteriores como en interiores, el juego de luces que han creado la gente de Free Radical añade un tanto de buen hacer a un juego que ha sido muy maltratado en el aspecto visual desde su salida.

Otro detalle importante es la gran fluidez que muestra el juego en todo momento, manteniendo una tasa de frames por segundo alta y muy estable, algo difícil de ver hoy día. A esto le podemos sumar la implementación de antialias, aunque con claros y oscuros ya que no siempre se aplica. Es extraño, pero si bien en la demo disfrutamos de una suavidad notable en los bordes, eliminando los molestos dientes de sierra, en el juego final parece que se ha perdido algo de este filtro, ya que en ocasiones veremos la aparición de bordes dentados más que evidentes.

El gran fallo de las localizaciones es el vaivén constante de la calidad en las texturas. A veces veremos objetos tan reales como en otros títulos de referencia para luego ver otros elementos que podrían haberlos sacado de un juego de hace diez años. En algunas ocasiones esto se hace más palpable, aunque por lo general se disimula con corrección. Mención merecen los escenarios del balneario o la playa. Os puedo asegurar que serán los más espectaculares por muchos aspectos, entre ellos su enorme extensión. Y es que se vuelve a hacer patente que Haze es un juego de altibajos, puesto que nos ofrece escenarios gigantescos en ocasiones para luego encerrarnos en otros más pequeños y repetitivos. Da la sensación de que el diseño del juego no quedó muy claro cuando se pusieron manos a la obra con la versión final.

En Haze contaremos con la posibilidad de conducir vehículos e incluso tendremos que superar fases esquivando minas, por lo que el buen hacer al volante será primordial. El diseño de estos no es muy original, como tampoco lo es el de las tropas que ya hemos citado antes, recordando un tanto a los vehículos de películas como Mad Max o similares, acordes a la trama pero que nos dejan bastante indiferentes. Tampoco habrá un elevado número que podamos conducir, siendo las motos y algunos todoterreno acorazados los más notables, en los que podremos elegir entre conducir o situarnos en otra parte del vehículo para defenderlo. Si bien su manejo es correcto, la paupérrima implementación de las físicas le hace mucho daño a la experiencia jugable que resulta el ponerse al volante de cualquiera de las opciones presentes. Es como si en vez de usar físicas adaptadas al estilo arcade del juego se simularan de manera desafortunada para salir del paso.

El resto de bondades visuales se ven muy empañadas por un popping más que evidente, una lamentable transición de texturas de baja a alta calidad en muchos elementos, realizada a ojos vista y a una distancia muy corta, y un clipping escandaloso. En resumidas cuentas tenemos un título que en cuanto a calidad gráfica no deja un gran sabor de boca, puesto que sus cualidades, como un gran diseño de escenarios, quedan enturbiadas por la casi omnipresente presencia de defectos muy patentes.

La banda sonora de Haze, aunque auspiciada por la banda de Nu-Metal Korn, no regalará nuestros oídos con fanfarrias que vayamos a recordar más tarde. Cumpliendo su función, es un conjunto bastante correcto que acompañará con acierto nuestro devenir a través del juego.

Los temas orquestales abundan más, un poco quizá al estilo de Killzone, con un toque bastante militarista que le viene al pelo al juego. En otras ocasiones se vuelve más tétrica, siguiendo la estela que marca el contexto en el que nos encontraremos en ese momento de juego. En general este aspecto podríamos decir que cumple su cometido con solvencia, aunque sin especiales alardes.

Haze no cuenta con una sobresaliente realización de los efectos sonoros, aunque este aspecto está cubierto con sobriedad y es generalmente correcto, aunque no demasiado variado ni destacable. Lo que sí cabe destacar es el doblaje íntegro al castellano, que refleja fielmente la línea que marca este juego de claroscuros. En algunas ocasiones el énfasis y el trabajo de doblaje son impecables, bien aplicados e interpretados, pero en otras parecen forzados y algo ridículos. Además, adolece en el bando rebelde de la escasez de dobladores, pues siempre oiremos de fondo la misma voz una y otra vez.

En términos generales, el audio es el aspecto que más consistente se mantiene a lo largo del juego y, si bien no es de lo mejor que se haya podido oír, cumple su función con soltura.

Haze se nos presentaba como una especie de revolución, como algo que marcaría a los usuarios de Playstation 3. Con un despliegue publicitario enorme y la participación de Korn realizando un tema exclusivo para el juego, se esperaba un producto de altísima calidad, algo que parecían desmentir algunas imágenes y hasta la propia demo.

Sin embargo, en definitiva no ha sido ni tan malo ni tan bueno. Si bien Haze no cumple con todas las espectativas que cabría esperar, es un juego divertido, un puro arcade con perspectiva de primera persona que engancha cuando se le da la oportunidad. La historia nos pone en la piel de uno de los soldados de Mantel, un ejército privado que, en un futuro no muy lejano, se encarga de mantener el orden y la paz en muchos lugares. Equipados con la última tecnología y el Néctar, que aumenta las capacidades de combate más allá de las propias del soldado, son rápidos y eficaces. Aún así en diversos lugares hay gente que se les opone y a los que la propia Mantel acusa de destruir la paz, aunque realmente son gentes oprimidas bajo el yugo de la gran empresa. La Mano de la Fortuna hace la vida imposible a Mantel y deben ser eliminados.

Así comienza Haze, cuyo argumento puede estar algo manido en términos generales, pero cuyo desarrollo denota la mano hábil de FreeRadical detrás. Nada más pasar el primer acto del juego, el más flojo a todas luces, viviremos multitud de situaciones en los más diversos lugares, desde un pueblo perdido en la jungla, una playa plagada de baterías militares o un barco abandonado. El argumento trascurre de manera coherente y rápida, casi sin darnos tiempo a asimilar lo sucedido, algo parecido a lo que le pasa a nuestro protagonista que apenas tiene tiempo de preguntarse nunca el porqué de nada de lo que hace.

A nivel narrativo, o de guión, el juego es crudo, altamente crítico con diversas actitudes o tácticas militares y tremendamente oscuro en lo que a nuestro futuro nos concierne. Nuestros compañeros de Mantel son soldados drogados y ciegos que actúan por el placer de matar y destruir a los enemigos. Los soldados rebeldes siguen un camino similar, pero sin droga potenciadora. En su lugar lo sustituyen por un fanatismo y fe en su lider casi tan poderosa como el propio Néctar. Este hecho se ve marcado a fuego en todo el transcurso de la acción, de manera que muchas veces nos sentiremos como la única persona con sentido común. Aún así tendremos que ser siempre implacables, puesto que si bien los enemigos, sean del bando que sean, presentan una I.A. tremendamente pobre, la suplen con una potencia de fuego más que dolorosa, lo que nos obligará a repetir en numerosas ocasiones una zona.

Como soldado de Mantel tenemos la ventaja del uso del Néctar, aunque no sin consecuencias, sobretodo si en el fuego cruzado nos dan en el suministro que está a nuestra espalda. Entonces sufriremos una alteración que nos hará perder casi todo el control sobre nuestro personaje, que disparará automática e indiscriminadamente sobre cualquier forma vágamente humana, aparte de moverse de manera convulsiva. El Néctar te hace mucho más duro, rápido y letal, pero tiene sus pegas. Como rebelde no tendremos esa tara, pero tampoco esa ventaja. Nuestro rango de visión no se limita al casco y podemos simular nuestra muerte, lo que hará que los soldados de Mantel dejen de vernos (es una protección psicológica del Néctar para que los soldados se desvinculen del daño que causan). Podremos usar bombas de Néctar para causar estragos entre los de Mantel y acabar con ellos, podremos reutilizar su munición en nuestras propias armas y aprovechar el punto débil de su armadura para que se descontrolen.

El arsenal del juego no es sorprendente ni tampoco excesivamente amplio. Pistolas, escopetas, subfusiles automáticos, lanzamisiles, bombas de diverso tipo y poco más, algo que empobrece la experiencia de juego. Podremos llevar a la vez 2 de estas armas, como en Killzone, y hasta que entremos en el bando rebelde podremos pasar auténticas dificultades para hacernos con munición. El que nuestros compañeros sean rematadamente tontos en combate no ayuda, ya que muchas veces los heriremos a ellos causando su muerte. Como rebeldes, podremos reanimar a nuestros compañeros caídos si nos damos prisa, una ventaja con la que no cuentan entre las filas uniformadas.

Durante el juego podremos disfrutar de diversas fases en las que no sólo andaremos y dispararemos. En algunas ocasiones nos pondremos al volante de un vehículo y tendremos que esquivar explosivos, aludes de roca y tropas, o conduciremos una moto y nos tocará manejarnos a gran velocidad mientras un compañero se sitúa detrás y despeja el camino de perseguidores. Como colofón podremos montarnos en una ametralladora pesada situada en un helicóptero rebelde para con ella despejar todo el pueblo de tropas. La variedad de fases, la buena elección de las escenas narrativas y sucesión de localizaciones y la amplitud de estas hacen que realmente sea muy divertido superar este juego.

Contamos, además, con un modo online que nos entretendrá más tiempo aún una vez superemos el juego. Lamentablemente el número de modos no es muy amplio, limitándose a duelo a muerte, duelo a muerte por equipos y proteger (o atacar) el cargamento de Néctar, algo parecido al modo de juego que podéis experimentar en la demo de Battlefield Bad Company, donde deberemos defender unas posiciones para ganar la partida o atacarlas, dependiendo del bando en el que estemos.

Para el final queda el manejo general del juego. Sencillo, sin complicaciones y directo. La fluidez con la que se mueve todo nos hará más sencilla la tarea de meternos en el juego y ello beneficia a la experiencia jugable. Con los gatillos podremos cambiar armas, disparar, lanzar bombas y, en los vehículos, acelerar o frenar. Con los sticks nos moveremos, como en cualquier otro FPS de los que pueblan ya el catálogo de Playtation 3.

Este aspecto que debería brillar con luz propia no lo hace, por desgracia. La medriocre vistosidad en ocasiones merma mucho la capacidad del juego para meternos en el argumento, que tampoco es que sea la culminación de ningún guionista de renombre. En general, es un juego muy entretenido pero que no puede destacar por ningún aspecto por su propio peso, quedando por detrás en muchas cosas de títulos como Call of Duty 4 o el archiconocido Resistance. Sin embargo el aspecto arcade de que hace gala es algo a considerar, dado que no es algo muy común y hace que superar este juego sea algo un tanto diferente a otras tareas.

Esperaba mucho, muchísimo de Haze. FreeRadical ha sido un estudio conocido desde hace tiempo por la calidad de sus trabajos y el hecho de que este título fuera exclusivo me hacía albergar muchas esperanzas de encontrar un producto bien enfocado a la máquina y de alta calidad.

Lamentablemente no cumplió todas mis espectativas como yo quisiera, encontrándome frente a un título que aunque me resultó divertido, quedó aparcado en cuanto me lo pasé. Durante el transcurso del juego fue todo muy bien, memorable en algunos momentos, pero sin llegar a cotas como otros títulos ya más antiguos como Resistance. El nulo entretenimiento del modo online (salvo el modo de proteger la zona a veces) hizo que definitivamente quedase a un lado de mis preferencias jugables.

No me arrepiento en absoluto de tenerlo, posiblemente en breve vuelva a jugarlo a dificultad máxima y disfrute como la primera vez, pero teniendo a quien tiene detrás, esperaba mucho más de lo que me he encontrado. Un producto que aspiraba a todo pero que se ha quedado en buenas ideas e intenciones.

No cumplir lo prometido es algo que pasa factura, y eso le ha pasado a Haze, que no ha sabido hacer frente con hechos a lo que su campaña publicitaria prometía. Un juego medio, que de haber salido en su fecha prevista tampoco habría destacado por encima de casi ningún otro título a nivel técnico, pero que en su espíritu de arcade encuentra su fuerza y que apenas ha sido mencionado.

El juego es divertido, bien enlazado su argumento pese a lo sencillo de este y con una amplia variedad de paisajes y situaciones, sazonadas con algún que otro alarde gráfico que se ve dañado seriamente por las grandes carencias de ese mismo aspecto en muchas otras ocasiones. Su doblaje al castellano es destacable, aunque no llegue a una calidad demasiado alta, quedándose en un mero “pasable” la mayor parte de las veces.

Una compra recomendable sin duda cuando baje su precio, puesto que un título de FreeRadical siempre merece jugarse y este no es una excepción.

A Favor

  • Algunos escenarios son muy vistosos
  • La iluminación en general es soberbia
  • Lugares amplios y grandes
  • Excelente diversión arcade

En Contra

  • Corto y lineal
  • Los fallos gráficos son muy apreciables y molestos
  • Parece un juego de primera hornada
  • El modo online es bastante simple
  • Excesiva repetición de algunas voces
  • El manejo de los vehículos es muy mejorable
70
Jugabilidad: 6.5
Gráficos: 6
Sonido: 8
Satisfacción: 7.5