Los videojuegos afectan de forma mínima en la violencia infantil
Un nuevo estudio revela que hay factores más determinantes
Llega otro estudio internacional dispuesto a enterrar mitos y creencias equivocadas. Esta vez, basado en analizar el comportamiento violento de los niños y sus factores o causas, donde los videojuegos han resultado ocupar un puesto tan minúsculo que se consideran un elemento «insignificante» a la hora de formar esas conductas, algo que choca frontalmente con lo que muchos padres creerían.
El estudio viene directamente de la Universidad de Michigan, y expresa que factores como la convivencia y clima familiares, la salud mental, las muestras de afecto paternales o la clase social tienen muchísimo más peso que si ese niño o esa niña juegan a videojuegos, incluidos videojuegos violentos. Sobre éstos, el informe entra más en profundidad y deja constancia de que las edades recomendadas para su disfrute (códigos PEGI en Europa, ESRB en América) suelen acertar en la búsqueda del menor impacto en el joven, ya sea por violencia o por sexo, drogas, discriminación y otros símbolos que escenifican qué imágenes muestra el videojuego.
Pero mirando a los juegos violentos en el contexto general de todos los estímulos que recibe un menor de edad en su formación hasta la adultez, el factor jugar a videojuegos es de los menos importantes en el desarrollo de su conducta violenta. «Sobre el cariño de los tutores entre los jóvenes, es mucho más importante si esos padres son conscientes de lo que hacen los niños y la aplicación de las reglas familiares y educativas. Ver o escuchar violencia en el ámbito del hogar, o vivirla de alguna manera, también es determinante. Así que el clima del hogar parece que es más influyente que jugar a videojuegos violentos.»