E3 2014: Impresiones Dragon Age: Inquisition
BioWare rescata lo mejor de Dragon Age Origins y de Dragon Age 2 para la última entrega de la saga
No es fácil brillar con luz propia en una feria como el E3 cuando a tu alrededor se suceden los juegos más importantes de todas las compañías, pero sobre todo cuando se esperan tantos títulos y con tanta calidad para un año tan magnífico para la industria como lo será 2015. Si además añades a la ecuación que un juego con el que compartes género está centrando todos los focos de atención sobre sí mismo, la cosa se complica todavía más.
Y es que Dragon Age: Inquisition tuvo de implacable rival a The Witcher 3: Wild Hunt en la feria angelina. Las ganas de ver más sobre la obra de CD Projekt hicieron que el título de BioWare recibiera menos atención de la que le correspondía y de una manera totalmente injusta por lo que pudimos ver. La última entrega de la saga de RPG de Electronic Arts se prepara para dar el salto a la actual y anterior generación pisando fuerte pero sobre seguro, mirando y valorando además sin vergüenza todo aquello que en las dos anteriores entregas encumbró la saga.
A nadie se le escapa que con Dragon Age 2 BioWare dio un giro drástico a toda la propuesta que había planteado con la primera entrega de la saga. Después de proponer una jugabilidad profunda y anclada en un manejo y desarrollo clásico con Dragon Age Origins, el giro a la acción directa de Dragon Age 2 sentó como una ofensa a los fans que estaban acostumbrados a la densidad y complejidad del primer juego.
BioWare sabe de sus errores y de las opiniones de sus usuarios, y por eso Dragon Age: Inquisition es la muestra perfecta de sus ganas de redimirse ante todos los usuarios, y es la primera sensación que tuvimos nada más entrar en la presentación que nos llevó a través de 35 minutos de juego en una versión muy avanzada ya del título.
Lo primero que hay que saber es que, para todos aquellos que nunca han jugado a la saga, la historia podrá ser jugada como si de un argumento completamente independiente a lo visto hasta el momento se tratara, aunque es innegable que muchas historias se escaparán del alcance de aquellos que no hayan jugado a la saga al compartir este juego el mismo universo con el que contaban las anteriores entregas. Este aspecto abre las posibilidades a los usuarios que se sienten atraídos por Dragon Age, pero para los que les es complicado empezar desde cero con una serie de títulos que además cuentan con tanto calado argumental y jugable. La historia del Inquisidor y su misión de restablecer la paz entre templarios y magos se abre así a todo aquel que lo desee.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta es el cambio de concepto que se produce en el desarrollo jugable. Dejamos de lado la linealidad que solía tener la saga en sus escenarios, similar a la que podamos extraer de Mass Effect, para encontrarnos con un mundo totalmente abierto en el que podremos ir de un lado a otro cumpliendo las misiones de la historia y todas aquellas secundarias que complementan todas las posibilidades del juego.
Todo esto, además, tiene una repercusión directa en lo que puede ofrecer en un contexto de tal magnitud un motor gráfico como Frostbite 3. Habiendo ya demostrado en diferentes juegos de los más diversos géneros su potencial, esta herramienta gráfica de DICE transforma completamente la apariencia de la saga, y dota a Dragon Age Inquisition de una consistencia aún mayor en consolas de nueva generación dado su potencial relativo a las partículas y que hacen del entorno algo totalmente dinámico y lleno de vida.
Pero sin embargo, lo que más llamó la atención de la presentación és el cambio que ha experimentado el sistema de batalla. Hacíamos alusión al principio del texto de la necesidad que BioWare tenía por devolverle a los usuarios de la saga aquello que les fue arrebatado, pero también el conservar el título lo suficientemente atractivo para que todos aquellos iniciados en la saga puedan acercarse a él sin temor.
Esto se ve reflejado en la mezcla que se ha realizado a la hora de entablar combate durante el juego. Nos encontramos ante un sistema que aporta lo mejor de las propuestas vistas en Dragon Age Origins y Dragon Age 2, y sobre todo que, de nuevo, abre el abanico para que jugadores de diferentes estilos y preferencias se sientan cómodos manejando a los personajes. Y es que, podremos optar por un enfrentamiento directo y ágil para todos los amantes de la acción, intercambio en cualquier momento a los personajes que en ese momento formen el grupo para atacar a los enemigos.
Es lo que ocurrió cuando nos enfrentamos a un dragón al final de la demostración, aunque también en ese momento se empleó la táctica para lograr acabar con él. Vuelve la profundidad del combate y la estrategia, pudiendo detener la pelea para decidir qué acciones queremos realizar en cada momento y para cada uno de los personajes. La vista cenital, además, facilita el poder controlar la situación en el campo de batalla, y se establece como la perspectiva perfecta desde la cual poder exprimir todas las opciones rescatadas y de nuevo puestas en Dragon Age Inquisition.
Con todo esto, Dragon Age Inquisition nos sorprendió, y aunque con el paso de los meses parecía haber perdido fuerza o la atención de los usuarios, no hay que perderlo de vista, porque ciertamente es uno de los candidatos a ser considerado como uno de los juegos más importantes del presente año 2014. Sólo queda esperar al próximo día 7 de octubre para ver en todo su esplendor como se desarrolla esta nueva historia bajo el hala de un trabajo de garantías como el que siempre ofrece BioWare.