Lost Planet: Extreme condition
Después de que Capcom ya encandilara a millones de jugadores en todo el mundo a través de la versión de su Lost Planet en Xbox360 y PC, el título llega al catálogo de PS3 tras el anuncio oficial de su port tan solo unos meses atrás.
Los usuarios de PS3 recibimos la noticia con los brazos abiertos, y más cuando supimos de las intenciones sobre su comercialización al reducido precio de 40 euros. Algo que quizás para algunos puso en evidencia la simplicidad de la versión, la cuál, como mínimo, esperabamos ver con la misma calidad de siempre.
Esto es un hecho, el título de Capcom se ha versionado para circular por nuestras PS3 de igual modo que ya lo hizo en la plataforma de Microsoft. Se han implementado algunas pequeñas mejoras, pero nada realmente importante. Aunque, eso si, como ya decimos el juego no muestra diferencias en cuanto al apartado técnico se refiere, y suponemos que se le podría llamar «buen port».
El hecho es que ya ha transcurrido un año y medio desde su lanzamiento oficial, de modo que el título puede mostrar atributos obsoletos técnicamente hablando y no nos ofrece una nueva visión de las cosas, si no que restaura la fórmula que ya funcionó por aquel entonces y que puede que lo siga haciendo ahora en la máquina de Sony. Un sencillo sistema lineal de juego con un buen número de espectaculares momentos y una omnipresente tensión.
El planteamiento inicial, lógicamente, continúa siendo el mismo.
Nuestro nombre es Wayne Holden, y la trama nos coloca como miembro de un equipo de colonizadores que pretenden establecerse en un planeta llamado D.N.E III. Allí las condiciones son extremadamente adversas, ya que la temperatura del lugar oscila entre las más bajas que pueden soportar los seres humanos. Pero no es ese el único inconveniente, ya que sobre la faz de ese nuevo mundo habitan unas temibles criaturas llamadas Akrid, las cuales, además de ser numerosísimas, poseen un energía en su interior que las convierte en pasto de los deseos humanos de caza. Pese a que no interpretarán el papel de ciervos tiroteados, precisamente.
Nosotros, como piloto de Vital Suits, (unos mechas de gran resistencia capaces de enfrentarse a los Akrid más devastadores) que ha sufrido un aparatoso incidente, nos veremos enzarzados en una lucha de grupos con diferentes ambiciones que descubriremos a medida que transcurren los acontecimientos.
La puesta en escena es la misma, el nivel técnico es calcado, sólo falta seguir analizando lo que en su dia se tildó de gran trabajo.
Al valorar el apartado técnico, y como ya hemos mencionado, partimos de la base de que este Lost planet lleva surcando las estanterías un buen tiempo, y que, exceptuando la instalación inicial obligatoria de diez minutos de duración que mejora los tiempos de carga, no se ha mejorado en nada respecto a su versión de Xbox360. Esto repercute en el hecho de que sus atributos visuales difícilmente se pueden comparar con los títulos más punteros en la nueva generación de videoconsolas. Nadie ha de esperar colocarlo en el mismo escalón de un Uncharted o un Call of duty 4.
Si pensamos en este detalle, seguro que podemos ver con mejores ojos el trabajo que se ha hecho en el título. Incluso, bien mirado, Lost planet puede presumir de llevar consigo algunos detalles que provocan poder sopesarlo con dignidad, aún después de su considerable estancia en el mercado.
Para empezar, en el transcurso de nuestro camino hacia los objetivos finales podremos observar algunas texturas que merecen nuestra atención. A través de las secuencias de vídeo, vamos a ser testigos de unas representaciones en los personajes y escenarios que, pese a no significar nada sorprendente, muestran algún puñado de buenas maneras. Como los tejidos de las ropas de los personajes, algunas superficies, ciertos efectos de luz y, en menor medida, modelados de los rostros.
Tanto Wayne como los demás personajes principales están diseñados con mucho acierto, y ofrecen un interés estético que contribuye a generar la atmósfera en la que nos veremos envueltos en plena acción, además de personalidad propia.
En éste sentido acompañarán también los Akrid, los grupos humanos enemigos o los mechas VS, (Virtual suits). Todos ellos gozan de un gran puñado de diseños distintos y bien trabajados, sobre todo algunos impresionantemente gigantescos Akrid, que interpretarán el papel de jefes finales de fase y de los que muchas de las veces no podremos captar su esencia completa porque, simplemente, no cabran en las pantallas. Lo cuál genera en el jugador una visión mastodóntica de la situación muy beneficiosa a la hora de provocar momentos tensos.
Todo está decentemente animado. Veremos a Wayne moverse con una soltura aceptable y un número de animaciones bastante surtido, así como el numeroso arsenal de VS y los enemigos. Es posible que podamos considerar soso éste aspecto, pero lo cierto es que en conjunto cumple su función con eficacia.
En los escenarios, casi monótonos en muchas ocasiones, es donde se puede colocar una de las notas más bajas. A pesar de que el entorno que se sugiere debe ser desolador, el caso es que acaba por hacerse algo vacio y la falta de detallismos se convierte en una constante. Es fácil divisar enormes zonas con una carencia muy grande de elementos que las conviertan en únicas. Así, recorreremos tramos de distintas fases demasiado parecidos y en los cuales la abundante nieve es la principal protagonista. Salvando algunos emplazamientos interiores finales o algunos casos en los que se puede disfrutar de unos tímidos rayos solares bañando el relieve, tempestades o fases nocturnas.
Hay serios altibajos en cuanto a calidad de texturas y modelados se refiere. En Lost planet podremos estar un segundo disfrutando de la recreación de un edificio o de un efecto de luz concreto, y al siguente lamentándonos al observar como se han tratado las texturas de un vehículo o una rocosa superficie.
Además, seremos partícipes de la destrucción de algunos elementos interactivos en los escenarios emulados de forma muy precaria. Así, dispararemos a coches que se desmontarán como hechos de cartón, farolas que se seccionan en tres trozos (todas de la misma manera), torretas metálicas con físicas muy pobres o tanques de Energía térmica que se arrugan como bricks de leche.
La manera en la que se simulan las explosiones está, lógicamente, bastante desfasada. Pero, aún así, se consigue un efecto aceptable, como también veremos en las propulsiones de nieve, polvo, fuego o proyectiles.
La optimización se ha llevado a cabo con mucha calidad, de manera que el juego corre tan fluido como lo hizo en su dia de lanzamiento original. No existen ralentizaciones ni parones, a pesar de que la tasa de frames se mantiene bastante baja.
En definitiva, Lost planet aporta un aspecto técnico lógicamente obsoleto, pero del que cualquier jugador aún puede disfrutar sin problemas e incluso asombrarse en algún momento.
Como siempre, recomendamos la reproducción del material en su máximo esplendor, a 720p.
La banda sonora de Lost Planet no ha sufrido variación alguna con respecto a su versión original. Los temas que podremos escuchar en nuestro recorrido por menús y en plena acción no llaman demasiado la atención, si no que intentan compenetrarse bien con el medio ofreciendo un tapiz futurista y acompañando bien en cada situación.
Y es cierto que algunos consiguen ponernos en tensión, causarnos inquietud o emotividad, pero nada realmente destacable. Eso si, se agradece que ninguna pieza (salvo la horrorosa y tremendamente repetitiva pieza del modo online) se convierta en calvario. Bien en este sentido.
El juego no está doblado, si no que seguiremos los diálogos de los personajes en versión original subtitulada, como ya es casi una ancestral costumbre en las oficinas de Capcom. A pesar de que esos doblajes originales estan muy bien trabajados y merecen aprobación.
Los sonidos lucirán bien recreados, y podremos escuchar los característicos cánticos de cada arma, así como sonidos de propulsores, pisadas, rugidos de los Akrid y demás.
La idea principal que Lost Planet quiere transmitir al jugador se hace patente desde el primer momento que agarramos el Sixaxis.
Es muy sencillo, no hay complicaciones de orientación, ni objetos perdidos, ni enrevesados puzzles, ni decisiones difíciles, ni desarrollos variados. Este es un juego de acción de vieja escuela, que no pretende innovar ni sorprender con su variedad de acciones, tan sólo busca la tensión, la habilidad del jugador para ser rápido, preciso, eficaz.
Tanto es así, que el juego nos irá colocando, tras las pertinentes introducciones argumentales, en misiones lineales en las que la mecánica se limitará a avanzar, aniquilar y llegar al temible jefe final. Visto desde un punto de vista externo, lo que se podría pensar de todo esto está bastante lejos de la realidad. Es decir, Lost Planet se especializa en la experiencia que produce un videojuego de acción pura y dura, con todo lo que ello conlleva. Es un género, el género de la simplicidad de desarrollo que permite disfrutar del combate directo y divertido. Cosa que consigue con mucho acierto.
Ya en los primeros minutos nos damos cuenta de que todo está pensado para inducir al jugador a imprimir un ritmo sin pausa. Contaremos con una barra de vida que no disminuirá por completo a no ser que el contador de energía térmica se agote. El problema es que éste contador disminuye de por sí sin detenerse, lo que nos colocará en la necesidad de avanzar para ir recolectando ésta sustancia que podremos obtener al derrotar a nuestros enemigos. Cuanto más grande y duros sean, mayor cantidad de energía térmica sustraeremos.
Los controles serán similiares a los de un FPS, ya que con el stick izquierdo nos desplazaremos y con el derecho apuntaremos a los enemigos desde tres perspectivas posibles. Además, si presionamos L1 o R1 daremos un rápido giro de noventa grados en la dirección de cada botón, permitiendonos una buena respuesta ante un ataque sorpresivo o en masa. Con el cuadrado utilizaremos el gancho, que aportará un tanto de variedad a los itinerarios y posiciones de combate. A parte de lo básico, como saltar, permanecer agachados, apuntar con mirilla o recargar.
La nota puntera en la jugabilidad la dan los VS (Vital Suits), con un buen número de diseños distintos y con sus respectivos controles. Así, nos será posible pilotar mechas que se transforman en motos de nieve, mechas que son capaces de autopropulsarse en cualquier dirección o mechas-tanque, por poner algunos ejemplos.
Estos robots seran totalmente imprescindibles para superar con éxito ciertos tamos del juego, sobretodo con los jefes de fase, y la mayoría resultan realmente divertidos de manejar, gracias a una jugabilidad sencilla y bien trabajada.
Además, Wayne dispondrá de un arsenal de lo más pintoresco para llevar a cabo sus objetivos. Lucharemos contra enemigos dando rienda suelta a ametralladoras, escopetas, lanzamisiles, granadas de todo tipo o armas destinadas al uso en los VS, con posibilidad de acoplar y desacoplar, que mermaran nuestra movilidad pero que seran muy destructivas.
A pesar de la extrema linealidad del juego, en algunas ocasiones podremos decidir si avanzar entre la muchedumbre enemiga o acabar con todo lo que se nos ponga a tiro. Algo que suma un poco de variedad a nuestras acciones pero que no supone un cambio drástico en vistas generales.
Los atributos jugables de Lost Planet lo convierten en un juego no apto para pusilánimes. Y es que, si seleccionamos la dificultad «normal», nos veremos repitiendo combates contra jefes de fase una y otra vez hasta que aprendamos a contrarestar la mecánica de los mismos. Por ello es fácil que caigamos en el desánimo de vez en cuando, pero la satisfacción de superar las duras adversidades se convierte en la principal baza del título. Como en cualquier duro arcade que se precie. Además, el modo «Hard» puede convertirse en una de las pruebas más duras que podremos experimentar en un videojuego.
Otra de las atracciones más suculentas del título se basa en su modo online, el cuál llega con todos los extras que vimos en Xbox360, incluyendo los packs de mapas y algunas novedades exclusivas, como sorpresivos personajes alternativos, aunque básicamente la puesta en escena es muy similar.
Tendremos cuatro modos de juego disponibles, como «eliminación», «eliminación por equipos», «captura el poste» o el divertido «fugitivo», en el que un jugador deberá luchar en solitario para mantenerse vivo contra todo pronóstico. Y lo cierto es que el modo online se torna muy entretenido, gracias al alocado planteamiento de grandes superficies, variedad de acciones y de «herramientas», o la simplicidad de la fórmula, que envuelve todo de una acción eficaz sin complicaciones.
El servicio que se disfruta en el PSN de Lost planet es bastante bueno, y nos conectaremos a las partidas sin demasiadas complicaciones y con una cierta comodidad, a diferencia de la demo multiplayer que pudimos probar.
En un principio, Lost planet siempre me pareció un título muy prescindible, en parte porque sabía lo que el material ofrecía y yo siempre he sido más partidario de los desarrollos abiertos repletos de múltiples posibilidades. Pero a medida que transcurría la campaña me dí cuenta de que había olvidado los encantos que representa un videojuego arcade, un desarrollo primario que no busca otra cosa que divertir, que mantener al jugador en vilo constantemente.
Es por eso que me divertí de lo lindo, mosqueandome una y otra vez, desgastando el Sixaxis para superar los duros obstáculos que encontraba, y sintiendo la satisfacción que produce culminar un trabajo bien hecho en un final.
Lo cierto es que acabas pensando que programar un juego de éstas características no es tan sencillo como puede parecer, si no que se necesita una buena puesta en escena y un nivel de acción que, pese a parecer de lo más primario, alberga sus sectretos.
Es verdad que no se puede aplaudir a Capcom por su originalidad en Lost Planet, pero la fórmula funciona muy bien y supongo que ese es, en definitiva, el objetivo principal de cada videojuego.
El apartado técnico, a éstas alturas, no me pareció nada atractivo, pero siendo indulgente y pensando en el precio al que se vende el título, éste aspecto no se convierte en un problema principal e incluso lo llegas a olvidar tras el velo que supone la experiencia de juego.
Machacando el modo online lo pasas realmente bien, si es cierto que te vas dando cuenta que lo abandonaras con mayor rapidez que otros menos arcade, más desarrollados, básicamente porque el reto que supone no es tan exigente. Pero cumple con sus objetivos y corre a la par de la campaña, ambos modos divertidos y desenfadados.
Pues si, Lost Planet es un buen título, y más a cuarenta pavos, la verdad.
Capcom nos trae un material que, pese al paso del tiempo, se mantiene bastante fresco y puede ofrecer buenos momentos a muchos usuarios de PS3 que en su dia no pudieron disfrutarlo. Y si tenemos en cuenta el precio al que se pone a la venta, la conclusión es la de la recomendación optimista.
Sus atributos no estan al nivel que se está mostrando en los títulos más punteros y actuales, pero su sencillo y eficaz planteamineto, a pesar de convertirse al mismo tiempo en defecto y virtud, es su mayor atractivo. Además de un modo online que puede llegar a convertirse en una atracción importante.
Es muy recomendable que el comprador se informe adecuadamente de lo que se encontrará en el juego, ya que sigue una línea de acción muy concreta, que si consigue conquistar lo hará con mucha intensidad, pero que si se escapa de los gustos básicos, se convertirá en carne de estantería o de compra-venta.
En definitiva, se trata del mismo buen título que ya vimos en su momento, lo que queda por valorar individualmente es si su precio se ajusta o justifica la falta de novedades más importantes y si realmente el material es presentable a dia de hoy.
A favor: Su divertida fórmula arcade, la variedad de armamento,su modo online y su precio.
En contra: El obsoleto apartado técnico, la linealidad del modo campaña y la falta de novedades más representativas.