Impresiones Knack
Vemos de cerca la curiosa obra que prepara Mark Cerny para PS4
Una de los hechos que más sorprendieron de la presentación del pasado 20 de febrero de PlayStation 4, fue ver como primer título anunciado a Knack. Un juego de acción y plataformas que destacaba por su encanto enfocado a ser disfrutado por los más jóvenes de la casa. No suponía una revolución gráfica, ni tan siquiera una mecánica de juego novedosa. Sin embargo, Knack representaba todo el mensaje que PS4 quería difundir entre los potenciales usuarios: la potencia de un hardware capaz de hacerse cargo de una gran cantidad de físicas sobre múltiples partículas, la capacidad de grabación de parte del vídeo y su posterior difusión entre nuestros contactos y el cross-controller implementado con PS Vita.
Pero además de todo, Knack era el juego que Mark Cerny estaba preparando para la nueva consola. Como arquitecto de PS4, este gesto era importante para dotar de confianza plena al trabajo que el diseñador había hecho, dándole la oportunidad de ser la persona que dirigiera la presentación de la consola, pero también de ser el encargado de dar inicio al catálogo de juegos que se iban a anunciar aquel día.
Con todo esto, llegamos al E3 y una de las primeras tomas de contacto con PS4 se produce justamente con el juego de Mark Cerny. Este título nacido bajo la mirada del diseñador y de Japan Studio’s, nos plantea una historia donde una pequeña criatura denominada Knack intentará luchar contra el acoso al que los goblins mantienen a la humanidad; uniéndose para ello con el científico llamado “The Doctor”, un erudito que estudió el misterio que envolvía a unas antiguas reliquias que albergan un gran poder.
Estos peculiares objetos son los que hacen que nuestro simpático amigo acabe alcanzando el poder que hemos podido ver en más de una ocasión, y es que estas piezas se adherirán a nuestro cuerpo para aumentar el tamaño de Knack y así su potencial para luchar contra cada enemigo. Las reliquias que forman nuestro cuerpo serán el centro absoluto de la jugabilidad, pues cuando nos golpeen perderemos piezas y nuestra barra de vida se verá menguada, pero cuando absorbamos otras recuperaremos todo el daño que nos hayan podido causar.
Toda esta acción la viviremos desde una cámara fija en cada escenario, desde la cual podremos mover al personaje a nuestro antojo. Knack no cuenta con una cámara libre que controlar, con lo que tendremos que confiar en el buen hacer de ésta para realizar los movimientos necesarios y así poder avanzar. En ocasiones esta cámara nos ofrecerá una perspectiva lateral del recorrido, mientras que en otras será casi cenital y en algunas podremos jugar como cualquier título en tercera persona. En principio, el funcionamiento de todo esto es correcto y no hemos experimentado problemas, aunque hoy en día casi siempre se tiene la necesidad de enfocar la acción hacia el punto que nosotros deseemos.
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Con estas vistas iremos luchando contra todos los enemigos que nos encontremos con distintas mecánicas jugables. En principio, nuestro adorable Knack dispondrá de un golpe estándar para destruir a los enemigos, aunque con la combinación de saltar y luego golpear nos haremos una bola con la que arremeter desde arriba al rival. También, y para poder esquivar los ataques que los goblins y demás criaturas realicen, con el joystick derecho podremos evadir rápidamente cualquier envite, evitando que perdamos piezas al recibir un impacto y pudiendo seguir con nuestra progresión.
Estás piezas suponen el mayor espectáculo visual que alberga el juego. Es bastante impresionante ver como cada una de ellas desencadena en una física propia cuando se desprenden del cuerpo de Knack; o cómo, al apretar un botón, podemos anular la adhesión de éstas a nuestro cuerpo al realizar otra funcionalidad, recuperándolas todas de golpe al volver a pulsar dicho botón. Esta acción va enfocada a diferentes fases en las que necesitaremos pasar desapercibidos para superar algún control lleno de sensores, renunciando a nuestro volumen para adquirir una altura muy reducida, una invisibilidad total y una escasez de la barra de vida, evitando con todo esto llamar la atención. Cuando hayamos superado dicho control, será tan fácil como revertir la acción pulsando un botón para que todas las piezas que hemos dejado atrás vuelvan a formar parte de nuestro cuerpo.
Además de las reliquias, pudimos acceder a un nivel en los que, en lugar de éstas, Knack hacía uso de pequeños bloques de hielo para dar forma a su cuerpo. Con el mismo funcionamiento, rompíamos ciertas masas de agua congelada para pegar a nosotros todos estos fragmentos, aumentando la barra de vida que hayamos podido perder por el camino. Además, en este nivel vimos también zonas deslizantes que Knack debía atravesar resbalando mientras los goblins no paraban de atacar desde cualquier parte.
Además de todo esto, durante los niveles habrá diseminadas ciertas piezas coleccionables que juntas conformarán un objeto con habilidades increíbles. Sólo se puede equipar uno de estos instrumentos, teniendo que elegir entre todos los que tengamos para adaptarlo a la mejor situación de juego. Uno de ellos nos proporcionará reliquias al destruir a enemigos, mientras que otro desencadenará un fuerte ataque, aunque otro hará incrementar nuestro poder cuando alcancemos los suficientes golpes realizados al enemigo sin recibir daño a cambio.
Knack supone una propuesta interesante en el género de acción y plataformas para la nueva generación, que además acompañará a PS4 en su salida al mercado. Mediante mecánicas sencillas asistimos a una belleza artística peculiar, donde el potencial gráfico se observa en la gran cantidad de piezas que gestiona PS4 y que se van acoplando o perdiendo de nuestro cuerpo. Además, y por lo que pudimos comprobar, la sencillez en la jugabilidad no impide una diversión constante, habiendo experimentado durante la prueba situaciones bastante variadas entre lo que nos planteaba el escenario y lo que nosotros éramos capaces de hacer.