Concurso Dead Island: Riptide, segundo seleccionado

Me llamo Tom Archer. Llevo aquí encerrado, en esta sombría y solitaria habitación de motel unos 5 días. He sobrevivido gracias a las pocas latas de conserva que había en la nevera y en las tiendas de alrededor y tengo una pistola que cogí de un coche patrulla abandonado, por si alguna de esas… “Cosas” intenta entrar. Pero, empecemos desde el principio. Vinimos de vacaciones hace una semana, antes de que estallara ésta pesadilla. Mi hijo mayor, se moría de ganas de ver a un tal Sam B, que daba un concierto en un hotel de por aquí. Personalmente, no apruebo el rap o como lo llamen pero nunca hacemos nada que le guste y creo que el muchacho se lo merecía. Esa no fue la única razón para venir a esta isla. Soy antropólogo y me interesaba estudiar a una tribu local que, al parecer, lleva a cabo extraños ritos de canibalismo… Creo que así fue como empezó todo… Si alguien encuentra esto, quiero que sepan que yo hice lo que pude por salvarlos… y por salvarme a mí. Mi mujer fue la primera y… y… la echo de menos. Íbamos caminando tranquilamente por la ciudad, habíamos dejado a los niños en aquel concierto con un viejo amigo que también vino de vacaciones a la isla, un entomólogo llamado Frank. De repente un… yonki, un lunático o lo que fuera se abalanzó sobre nosotros y mordió a Sara, mi mujer, en la mano. No entendí nada, sólo intenté buscar ayuda. Fuimos al hospital y el médico que nos atendió me dijo que, en los últimos días, habían tenido decenas de casos de extrañas mordeduras. Me dio unos medicamentos para la fiebre y nos mandó a casa. Unas horas después mi mujer, a la que tanto amaba, ya no existía se abalanzó sobre nuestra pequeña y… El dolor físico no es nada comparado con la agonía que me provocan tales recuerdos.

En tan corto espacio de tiempo perdí a dos de las personas que más amaba en este mundo y me prometí que, aunque fuera lo último que hiciese, mi hijo no caería con ellas. Nos refugiamos en la habitación y mientras mi hijo estaba allí, a salvo, yo buscaba recursos que nos ayudasen a sobrevivir, con la esperanza de que nos rescatasen. Es curioso… Dios tiene un pésimo sentido del humor, convirtió el paraíso en un infierno; una isla de ensueño en una auténtica pesadilla. Yo no sé cuanto podré aguantar, ni siquiera tengo ganas de continuar… ya hace tres días que estoy sólo. Y dos días que no pruebo bocado, ni duermo, sólo bebo armándome de valor para lo que voy a hacer. Están ahí fuera, los oigo gruñir, arañar y comer. Son cómo animales, aunque no sé si se trata de eso. No sé si aún existe algo de humanidad en esas criaturas… Sólo sé que mi hijo desapareció en esa marabunta. No debí llevarlo conmigo en nuestra última búsqueda. No sé qué hora es, ni tampoco el día de la semana… Pero supongo que no importa. Me parece un momento tan bueno como cualquier otro. Estoy cansado de esperar a que entren Y, aún así ¿Qué me esperaría? ¿Qué me devorasen y acabase convirtiéndome en una bestia salvaje? No… No pienso dejar que eso pase, no pienso dejar que el alma me abandone… Adiós.

-Entonces, entre los escalofriantes sonidos emitidos por aquellas criaturas, se hizo audible un único disparo y después, el silencio invadió la habitación de aquel hotel. Vivimos rodeados de gente, morimos solos.