Análisis – Ancestors Legacy Conqueror’s Edition
La propuesta medieval del estudio polaco ya vio la luz el año pasado en formato digital, y cautivó a buena parte del público aficionado a los RTS. Por suerte para quienes aún no han tomado partido en sus batallas, el próximo 26 de septiembre llegará a PlayStation 4 en formato físico de la mano de Meridiem Games.
El lanzamiento lleva por nombre Ancestors Legacy Conqueror’s Edition, el cual, además de contar todas las campañas del juego original, incluye su increíble banda sonora y un libro de arte exclusivo.
Tomamos las armas y nos preparamos para sumergirnos en plena Edad Media al mando de cuatro facciones que no dudarán a la hora de saquear, asesinar, traicionar y profanar todo lo que se les ponga por delante. Después de todo estamos ante un título de Destructive Creations, por lo que la calificación para mayores de 18 años está más que justificada. ¡Es la guerra!
Estrategia con aires de documental
Para quienes lleguen a este análisis sin haber oído hablar del estudio tras Ancestors Legacy, deben saber que se trata de uno de los desarrolladores indies más polémicos de los últimos años.
Con solo tres juegos en su haber, Destructive Creations ha generado bastantes opiniones respecto a sus propuestas. Debutaron con Hatred, un juego que, en resumen, proponía matar a todas las personas de una oscura Nueva York, y cuya violencia explícita ayudó a que les colgaran la etiqueta de provocadores.
Su segundo proyecto, IS Defense, demostró que lo suyo no era ir de políticamente correctos. La trama tenía lugar en un cercano y ficticio año 2020, donde Europa debía defenderse de la invasión del Estado Islámico.
En base a lo anterior, podemos decir que Ancestors Legacy es su título “para todos los públicos”, a pesar de que no escatima en violencia. Por otro lado, la ambientación elegida justifica por sí misma toda la violencia que veremos y desataremos en pantalla.
La historia del juego nos traslada a mediados del siglo VIII, cuando los vikingos se preparan para el saqueo de Lindisfarne en territorio anglosajón. Ataque que no resultará nada fácil y cuya preparación nos servirá como tutoriales de cara al resto de las distintas campañas del modo historia.
Una vez superados las distintas misiones de tutorial dirigiendo a la facción vikinga, el juego desbloquea las otras tres facciones: anglosajona, germana y eslava. Cada una de las cuatro facciones dispone de su propia campaña, que a su vez se dividen en dos tramas, lo que nos ofrece más de 30 horas de juego solo en el modo campaña.
Es una sorpresa comprobar que el estudio polaco no se olvida de la historia, y saben tejer unas cuantas tramas muy interesantes en torno a todos los personajes implicados. Antes de cada batalla veremos una sucesión de imágenes estáticas, donde una voz en off narra el desarrollo de los acontecimientos y nuestro siguiente objetivo.
Un añadido con toque de documental que los aficionados a la historia agradecerán. Dicho lo anterior, el juego no pretende ser una recreación fiel de los acontecimientos ocurridos durante los siglos VIII y XII en el norte de Europa. Al fin y al cabo, el atractivo principal de Ancestors Legacy es su propuesta de estrategia en tiempo real.
Buscando el equilibrio frente al enemigo
Las batallas de Ancestors Legacy nos harán atravesar una amplia variedad de mapas con ciudades, aldeas, castillos, minas y aserraderos que deberemos capturar para afianzar nuestra posición y hacer aumentar nuestras filas.
La preparación lo es todo, pues en la mayoría de las ocasiones comenzaremos con solo 1 ó 2 unidades en nuestro ejército y muy pocos recursos con los que mantener el campamento. La guerra es el fin último hacia el que nos encaminamos, pero Destructive Creations ha querido dejarnos claro que mantener un ejército requiere trabajo.
Cada facción dispone de varias unidades que podemos ir creando para formar nuestro ejército particular. Además, cada país tiene una unidad que destaca sobre el resto. Los vikingos cuentan con una infantería potente, los anglosajones tienen los mejores arqueros, los germanos la mejor caballería pesada y los eslavos causan el caos con sus arqueros a caballo.
Además de lo anterior, cada unidad es fuerte o débil contra otras. La caballería es débil contra los lanceros, los arqueros pueden ser arrasados por la caballería, entre otros casos. Y tampoco conviene olvidar las ventajas de la superioridad numérica.
Aún así, el estudio ha conseguido crear un equilibrio entre todas las facciones. No hay ningún ejército mejor que otro, y es la habilidad del jugador lo que marca la diferencia. El empleo de las distintas unidades, la elección del terreno, el uso de trampas y la gestión de los enclaves hará que la balanza se incline hacia uno u otro lado.
Sin embargo, no todo en Ancestors Legacy es combatir, incendiar aldeas y asesinar campesinos (cosas que haremos bastante a menudo). Una vez hecho lo anterior, toca ponerse a manos a la obra y gestionar con cabeza.
El devenir del ejército está íntimamente ligado a la gestión de recursos. Madera, hierro y comida son indispensables para construir y mejorar el ejército. En cada mapa disponemos de un enclave principal, el cual podremos ampliar con distintas construcciones que nos permiten atraer a más población, entrenar nuevas unidades, colocar defensas, etc. Cuanta más población, más unidades podemos crear (hasta un máximo de 10), pero también necesitaremos más comida.
La clave está en mantener el equilibrio y en no ocupar más enclaves de los que podamos proteger. Por supuesto, mientras construimos y entrenamos a nuestro ejército, el enemigo puede enviar tropas para atacar cualquiera de nuestras posiciones e incluso capturarlas, lo que afectará negativamente a nuestros recursos y positivamente al enemigo, puesto que podrá crear más unidades con las que atacarnos.
La secuencia inicial del juego, en la que vemos a un vikingo atacando como loco a soldados ingleses, ya nos avisa de que las prisas y el ataque frontal no van a servir de mucho. Siempre que sea posible, debemos optar por luchar en terreno ventajoso, ya sea defendiendo nuestras aldeas o atravesando territorio enemigo.
Nuestro radio de visión viene delimitado por los enclaves capturados y la percepción de la unidad, campo de visión que se reduce al caer la noche. Todo el mapa permanece en “sombras” hasta que la unidad enemiga se encuentra próxima a nuestro campo de visión, situación que puede dar más de un disgusto si se opta por explorar un mapa a lo loco.
Los bosques y hierbas altas ofrecen cobertura a las unidades y dota a la estrategia de un componente de sigilo fantástico para tender emboscadas. El terreno es un elemento más que dominar en la batalla y saber aprovecharlo nos asegurará la victoria en las situaciones más difíciles.
Los mapas cuentan con una extensión bastante amplia, incluso las misiones del modo historia nos proponen objetivos secundarios para cumplir, lo que viene muy bien para fortalecer el ejército.
A medida que cada unidad entra en combate y vence, gana experiencia. Tras conseguir la experiencia necesaria, la unidad sube de nivel y nos da a elegir una de sus tres especializaciones: ofensiva, defensiva y velocidad. Estos parámetros mejorarán con cada nuevo nivel de forma automática y pueden potenciarse aún más creando armaduras con mejores materiales si disponemos de los recursos suficientes y tecnología.
Las distintas campañas del modo historia nos propondrán misiones con objetivos muy variados (asaltar un castillo, rescatar a tal personaje, protege determinado objetivo, etc) que nos servirán para familiarizarnos con las particularidades de cada facción. Una vez finalizado este modo, estaremos listos para las escaramuzas contra la IA o contra otros estrategas en su modo multijugador online para 6 jugadores.
No hay duda de que compartir un mapa con otros jugadores y sus ejércitos dota a la estrategia en tiempo real de un ritmo mucho más intenso. Es el momento de poner en práctica todo lo aprendido y dejar huella con nuestra facción favorita.
Tambores de guerra
Ya hemos mencionado que la inmersión en la sangrienta y cruel Edad Media es total (aunque poca rigurosa en cuanto a determinados hechos históricos), y gran parte del mérito recae sobre el apartado sonoro de Ancestors Legacy.
El menú principal nos recibe con un tema que entusiasmará a los seguidores de la serie Vikings, y, una vez comenzada la partida, la actitud se mantiene. Creative Destructions ha diseñado unos mapas que se mueven entre la calma total y la acción más salvaje. Pasamos de estar explorando un bosque, acompañados por el canto de los pájaros a escuchar el caos de la batalla.
El choque del acero, el crepitar del fuego y los gritos de agonía son detalles que no hacen más que profundizar en la crueldad que estamos desatando durante nuestra conquista. Y, por si fuera poco, el estudio tampoco ha descuidado las animaciones de combate y la sangre.
Los entornos lucen de maravilla (un diseño mucho más cuidado que el de los personajes) y en el que podemos ver el rastro de la destrucción sufrida. Lo mismo ocurre con nuestras unidades, las cuales se irán tiñendo de rojo a medida que participen en combates. Más de una vez acercaremos la cámara para verlos combatir de cerca.
Sería una estupidez intentar ocultar las matanzas en un título ambientado en la Edad Media y Ancestors Legacy opta por hacer que la sangre nos salpique en la cara.
Has alcanzado la ansiada victoria y solo tú sabes cuántas vidas ha costado.