Análisis – Layers of Fear 2
Bloober Team se desmarcó del canon habitual del género del terror con Layers of Fear en 2016, creando su propia manera de utilizar el miedo para contar una historia.
Ahora, vuelven a la carga con Layers of Fear 2, con la que vuelven a apostar por su peculiar manera de introducirnos en la mente y mundo de su personaje, a base de sustos, diálogos y cambios de escena que crean tensión y desconcierto a partes iguales.
¿Han conseguido mejorar su propuesta para llegar a un nuevo exponente en el género del terror? Dentro análisis.
Bienvenidos al Ícaro
Como era de esperar, Layers of Fear 2 comienza de manera directa, sin explicaciones, sin ayudas, sin nada más que el control de nuestro personaje y el desconcierto inicial de cerciorarnos que en esta ocasión, estamos dentro de un barco llamado Ícaro.
Como en su primera entrega, el juego pivota en torno a una habitación central en la que comenzaremos los distintos capítulos que componen esta historia, que en esta ocasión da para más de 8 horas de juego.
Aquí, descubriremos que nuestro personaje es un actor, el cual busca dar vida a un personaje para dejar de ser él mismo, o al menos eso es lo que nos dan a entender los primeros compases del juego, aunque nada es lo que parece y pronto descubriremos muchos secretos acerca de nosotros mismos y lo que nos rodea.
La ambientación del Ícaro recuerda a un barco similar al Titanic, completamente lleno de detalles, consiguiendo una recreación que nos mete de lleno en su entorno.
Con esta premisa, este título deja claro que su «hermana pequeña» sentó unas bases con las que desbancarse de lo estándar en cuanto al terror se refiere, y piensa llevarlas a un nuevo exponente, cambiando de personaje y de ambientación pero manteniendo la premisa de que seremos nosotros mismos quienes descubramos quién es nuestro personaje y qué ocurre en esta nueva aventura.
Layers of Fear 2 no busca innovar de manera radical, ni siquiera respecto a su predecesora, introduciendo alguna que otra nueva mecánica pero sin apostar ni arriesgarse demasiado, cosa que de seguro dividirá a sus fans entre los que hubieran preferido una aventura «idéntica» a la anterior y los que buscaban un giro drástico en esta nueva entrega.
La locura del artista
Siguiendo la marca de la casa, Layers of Fear 2 nos cuenta su (o mejor dicho, nuestra) historia mediante la exploración del entorno, de manera que para poder enterarnos de qué es lo que ocurre, debemos investigar con calma todo cuanto nos rodea, para así encontrar las clásicas notas y cartas escritas, u objetos que nos rememoran un recuerdo con el que ir atando cabos.
Por ello, debemos poner los cinco sentidos e ir con calma para no dejarnos nada, y ese grado de atención especial que ponemos en el juego juega totalmente en nuestra contra gracias a los constantes jumpscares y cambios de escena con los que Layers of Fear nos enamoró en su día.
Puerta cerrada, giro de cámara y cambio de escenario. Con esta premisa (que quizás se hace algo repetitiva tras una entrega que abusó mucho de este concepto) el título nos mantiene en una constante tensión, ya que no sabemos qué puede ocurrir a continuación, y la mezcla entre sucesos paranormales y la propia locura de nuestro personaje nos confunden constantemente, sin saber si estamos viviendo un sueño, una pesadilla o el delirio de un artista entregado a su obra.
Hasta aquí, Layers of Fear 2 bebe directamente de su predecesora en cuanto a mecánicas se refiere, así que esta segunda entrega introduce más de una sorpresa, las cuales suman y restan a la experiencia final.
La que quizás sea la más importante es sin duda La Criatura que, desde un punto concreto de la aventura, nos perseguirá en momentos puntuales de manera constante sin que podamos hacer nada para defendernos, añadiendo un punto más a esa tensión mantenida lo que ya vimos en la primera entrega.
Tanto el cambio de escena como la sensación de indefensión frente a la criatura hace que las persecuciones alcancen el clímax de agobio y presión en este título.
El problema viene en que, por un lado, no se nos ofrecen diversas opciones para dar esquinazo a este enemigo, sino que solamente tenemos una posibilidad de salvarnos, siendo muchas veces descubierta gracias al mero ensayo y error, por lo que aunque en un principio estas persecuciones sean muy agobiantes, al final acaban siendo una excusa para conducirnos a un punto en concreto.
Por otro lado, esta criatura aparece y desaparece en momentos concretos, sin llegar a ser un enemigo constante como podemos ver en Outlast o Amnesia, por lo que no sabemos exactamente cuándo merece la pena explorar o andarnos con cuidado porque esta criatura está a punto de aparecer para comenzar una de estas «persecuciones artificiales«.
Esto no tiene por qué ser del todo malo, ya que la ambigüedad y la sorpresa son parte de la magia de Layers of Fear, pero la rotura de la experiencia de exploración por una persecución de este estilo mantiene la constante sensación de que nos dejamos algo atrás y no se nos ha dado la oportunidad de revisarlo todo correctamente.
Quizás con esto se busque la posibilidad de rejugar el juego sea más atractiva, pero no consigue cuajar del todo.
En contraposición a la presencia de La Criatura, en esta segunda entrega se le otorga más protagonismo a los puzzles, que aunque la mayoría quizás pequen de simples y sencillos, aportan algo distinto al gameplay al que estamos acostumbrados, de manera que tengamos que «darla a la sesera» para seguir avanzando.
La delirante belleza de una mente destrozada
Al igual que en su primera entrega, Layers of Fear 2 pretende que nos metamos de lleno en su historia, que formemos parte de ella y que en todo momento tengamos la sensación de que somos uno con su personaje.
Y para ello busca utilizar su poderío gráfico, utilizando esta vez el motor Unreal Engine 4, con el que se ha recreado a la perfección la gran ambientación que nos rodea durante el juego.
A unos 60 frames por segundo estables, el título busca que no podamos respirar ni un segundo tranquilos/as, mirando constantemente a nuestro alrededor con la incertidumbre de si nuestro siguiente movimiento va a desencadenar un acontecimiento, o simplemente se nos contará una pequeña parte de esta misteriosa y macabra historia.
La calidad de los detalles es asombrosa, y aunque solamente unos cuantos elementos son realmente interactivos, todo el escenario es uno en su misión por sorprendernos y desesperarnos a partes iguales.
Otro de los grandes apartados de este título es el sonido. La banda sonora en general cala hasta los huesos, realzando la tensión que soportamos de manera constante.
Esto va de la mano con los detalles sonoros que nos persiguen durante toda la aventura. Desde simples gotas cayendo al suelo desde una tubería hasta gritos, susurros, voces o hierros chirriando.
Como punto negativo, podemos destacar que, si bien los constantes cambios entre color y blanco y negro, al principio sorprenden y nos imbuyen en el «delirio» que pretende representar, más tarde llegan a hacerse pesados, aparte de una «excusa» para reducir la calidad gráfica y detallista de la obra.
Sin duda, y dejando de lado los pormenores gráficos comentados, el conjunto de ambientación y sonido es lo que hacen de Layers of Fear 2 un gran título de terror, aunque muy diferente a lo que estamos habituados.