Análisis Plants vs Zombies Garden Warfare 2

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La guerra sí que cambia si tienes el jardín de casa lleno de zombis armados y plantas asesinas
Por Manuel Gimeno 18 febrero, 2016

Más mapas, armas más potentes, más jugadores, un futuro todavía más lejano o los modos de juego más impactantes son algunas de las promesas que año tras año nos suelen hacer los juegos de disparos en primera persona más conocidos por todos. Entre tanto tono serio e innovación minúscula, Plants vs Zombies Garden Warfare 2 es lo que muchos usuarios asiduos a estos títulos acabamos necesitando para reírnos de nosotros mismos y relajar la incesante competitividad de este género en particular. Porque un poco de humor y aleatoriedad no viene nunca mal mientras se sigue haciendo lo mismo: disparar.

Pero esta saga, con su segunda entrega, acaba siendo mucho más que un motivo para reir sin parar. Lejos queda aquel primer intento del año pasado de destacar únicamente por el éxito de móviles junto a la inesperada aparición en consolas. Si la temática no es seria, todos los elementos que hacen al juego divertido sí lo son, y buena muestra de ello ha dado PopCap Games con todas las novedades que han traído para la enésima reproducción de la sempiterna guerra entre zombis y plantas.

Y el primer error a corregir no ha sido otro que dejar de darle la espalda al jugador que prefiere más jugar en solitario y fuera de Internet, y ofrecer la posibilidad de combatir offline con una inteligencia artificial que supla a los jugadores de carne y hueso. Ya no es solo el mimo por este tipo de usuarios, sino también la posibilidad de desconectar de la competición y poder segar plantas o rematar zombis de otra manera; o simplemente poder probar las características del personaje elegido antes de entrar en verdadera batalla.

Pero lo mejor de esta apertura al mundo offline viene de la mano a ese guiño a la pantalla partida, a esas tardes jugando junto a otro amigo con la comunicación directa de tenerlo justo al lado. Si hablaba más arriba del aire desenfadado del título, de la intención de hacer reír al usuario, no hay mejor forma de conseguirlo que poniendo a dos jugadores en un mismo sitio compartiendo impresiones mientras reparten disparos a diestro y siniestro.

Sin embargo, no solo la parte offline se beneficia de cambios que, pese a ser conservadores en líneas generales, amplían mucho las posibilidades presentadas en la primera entrega. A través del Patio, una zona que se erige como base de operaciones de nuestros personajes, podremos escoger hasta 6 modos de juego online diferentes, de entre los cuales me ha sorprendido gratamente Asalto Herbal, una suerte de conquista por fases en la que hay que ir ganando terreno y defendiendo lo ocupado a los zombis. Operaciones de cementerio propone lo mismo pero siendo los muertos vivientes los atacantes, con lo que hay espacio en ambos bandos para una reconquista que ni Jaume I en sus tiempos mozos.

El resto de modalidades no se escapan de lo ordinario y común en este tipo de juegos. Gnomo Bomba y Bandera de poder, por ejemplo, tendrían similitudes descaradas con otras que podríamos encontrar en cualquier Call of Duty, pero no me quejo de ello pues, ¿qué es sino la copia y ridiculización de todo lo conocido el propósito de este juego? Y en este caso, cambiar balas por mazorcas ya es suficiente diferencia como para que importe algo esta situación.

Pero el aliciente de los jugadores online y los que juegan offline viene por otro lado, como la cantidad de plantas y de zombis diferentes con los que poder entrar a luchar contra el enemigo que se tiene en frente. Haciendo un repaso a los personajes de las diferentes entregas, Plants vs Zombies Garden Warfare 2 incorpora hasta un total de 14, con habilidades lo suficientemente diferenciadas como para que cada partida sea totalmente distinta dependiendo de la elección previa realizada. Y con 12 mapas para darle todavía más combinaciones al asunto.

En el mismo sentido en cuanto a importancia se encuentra la personalización. No sé muy bien si la motivación viene más por dar al usuario herramientas para hacer plantas y zombis molones o es simplemente una mofa más a juegos similares, pero lo cierto es que es bastante impactante y gracioso encontrarte a un pomelo con complejo de Arnold Schwarzenegger en Terminator (al menos las dos primeras películas) ataviado con complementos ridículos que lo hacen más sorprendente aún de lo que que ya de por sí puede ser una fruta con ansias asesinas.

Y si eso fuera poco, también es posible configurar ahora las habilidades para generar más de 100 subclases diferentes. Ya no es solo tema de que la diversión se maximice cuantos más elementos se el añaden a una propuesta de este estilo, sino que la variedad de situaciones acaba por aumentar de forma exponencial tanto por lo que nosotros podemos hacer como por lo que el resto de personas puede acabar inventando en cada partida.

Lo que hace definitivamente a Plants vs Zombies Garden Warfare 2 un juego diferente al resto son esos homenajes o incluso esa crítica constante a todos los juegos de disparos en primera persona. Si te coges un cactus y ves que una de sus habilidades es usar un ajo-dron al más puro estilo Call of Duty, o descubres que el nuevo “zombidito” puede llamar a su robot al más puro estilo Titanfall, no puedes más que dejar el mando a un lado y aplaudir hasta que te hagan daño las manos.

Tampoco nos engañemos, no nos encontramos ante la quintaesencia de los juegos de disparos. Plants vs Zombies Garden Warfare 2 tiene limitaciones obvias lógicas de un juego creado para reírse de sí mismo y del resto de juegos, además de un apartado técnico que no es ni mucho menos espectacular; aunque cumple a la perfección con su propósito y con la estética de esta saga. En las partidas online que pude disputar experimenté ciertos problemas con la tasa de imágenes por segundo cuando se acumulaban demasiados efectos en pantalla, algo que puede ser puntual pero que le resta fluidez al desarrollo.

Pero por lo demás, y pese a seguir la línea del anterior y basar la secuela en ampliar las posibilidades ya dadas, es un juego a tener en cuenta. Si no te apetece ahora mismo jugar con la tensión de quien entra al competitivo de títulos como Call of Duty, Titanfall o Battlefield o si simplemente quieres desconectar y pasar un buen rato riendo sin parar, este es tu juego.

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Jugabilidad: 8.5
Gráficos: 7.75
Sonido: 7.5
Satisfacción: 8.25

Análisis

EA se sigue riendo de sí misma y de los demás en Plants vs Zombies Garden Warfare 2 y eso es lo mejor que le puede pasar a la saga. No es el shooter que más vas a jugar durante este año, pero seguramente el que más risas te provocará y en el que menos frustrado te sentirás.