Análisis NBA 2K16
Hace escasamente una semana abríamos en la web un debate que para muchos usuarios no existía. Una fórmula que sí había generado algo de controversia en el mundo del fútbol parecía no contar con ningún defensor en uno de los bandos de nuestra nueva sección “versus”. Y es que cuando hablamos de juegos de baloncesto parece que los enfrentamientos sobran, los debates son estériles y simplemente queda rendirse a la evidencia de quién hace las cosas bien, de quién logra llevar lo mejor del baloncesto al máximo nivel virtual e interactivo. Cómo no, nos referimos a NBA 2K16 y el grandísimo trabajo que desempeña temporada tras temporada Visual Concepts. Así de fuerte comienza nuestro análisis.
Porque tanto la compañía como el estudio llevan muchos años haciendo las cosas francamente bien. Hace aproximadamente 24 meses descubríamos que la nueva generación de consolas, marcada por una gran cantidad de títulos intergeneracionales, contaba únicamente con 2K y su NBA 2K14 como el único título que realmente miraba de frente a los nuevos recursos tecnológicos que brindaban las nuevas máquinas. Una declaración de intenciones aquélla en toda regla, y que iba a marcar los siguientes pasos que iba a dar la saga en los años sucesores.
Si comentamos todo esto de las entregas anteriores, es lógico asumir que NBA 2K16 parte de una excelente base; una además en la que la inmensa mayoría de aficionados se siente a gusto, y con la que únicamente queda ir mejorando y añadiendo pequeñas variantes que acerquen cada vez más a la saga a una simulación total. Esta vez, y tras haber mejorado en las dos últimas entregas tanto las físicas del balón como las animaciones a la hora de realizar tiros, encadenar pases o lanzar a canasta, ahora Visual Concepts ha centrado su atención en tres cosas: el poderío físico de los jugadores, su inteligencia artificial y el juego de pies.
Y no son novedades que simplemente nombremos porque desde 2K Sports apuntan a que han trabajado en ello, es que ciertamente se nota la evolución para todos aquellos que hayan dedicado horas a entregas anteriores. El peso, la velocidad o la fuerza de jugadores como LeBron James tienen ahora mismo una incidencia más realista en cada jugada, transmitiendo totalmente lo imparables que pueden ser en una de sus entradas a canasta. Y en base a eso, las animaciones también responden de forma perfecta de cintura hacia abajo, con una captura de movimientos en los pies que eleva la física y las animaciones a un plano superior, y que afecta de forma muy positiva a la sensibilidad a la hora de controlar a cada jugador. El baloncesto es un deporte de contacto, y centrar esfuerzos en esta faceta le sienta muy bien a NBA 2K16.
Aunque la verdadera evolución viene de la mano de la inteligencia artificial que exhibe la propuesta. No es que fuera un asunto que en anteriores juegos se hubiera descuidado, pero en la entrega de este año detectamos una imprevisibilidad mayor en los compañeros y en los rivales, pero sobre todo un movimiento continuo de los mismos que responde a las innumerables variables que desde Visual Concepts se han introducido para que el baloncesto se sienta más real que nunca. Se buscan bloqueos, se abren espacios, cambia la defensa dependiendo del momento del partido… NBA 2K16 es dinámico y adaptativo a cada determinado suceso del juego, y eso lo vamos a notar desde el primer minuto de juego.
Pero como hemos dicho anteriormente, todo nace de una gran base, y las novedades en el plano jugable corresponden a pequeñas modificaciones que buscan una excelencia todavía mayor. Sin embargo, donde sí podemos encontrar una evolución significativa es en los diferentes modos de juego, en concreto, en la aparición del desde ya imprescindible 2K Pro Am que eleva a la máxima potencia la personalización de todo lo relativo a un equipo de baloncesto.
2K Sports sabe de alguna manera que la tendencia en los juegos actuales pasa por la máxima personalización, por adaptar todo aquello que nos ofrece el juego a nuestros gustos, a todo lo que nos haga sentir partícipes de lo que estamos viendo. Con esta modalidad pasamos a diseñar nuestro propio uniforme, nuestro escudo, nuestro pabellón, a crear un equipo a nuestra medida y en el que jugar con amigos a través de Internet; es decir, NBA 2K16 nos catapulta a que el básquet forme parte de nosotros, a que nosotros seamos baloncesto.
Y si jugar al deporte que Jordan elevó a los altares a nivel mundial y que los hermanos Gasol han hecho brillar con luz propia en España necesitaba algo más, Spike Lee ha llegado a NBA 2K16 para dárselo. ¿Que el modo Mi Carrera había que mejorarlo aún más? No hay problema. El peculiar director de cine sale directamente del Madison Square Garden para darle su toque, el mismo que vimos en películas como Una mala jugada o el documental Kobe Doin’ Work, para meternos aún más en el papel de jugador que trata de alcanzar lo más alto en la NBA. Echamos en falta algunas escenas que ofrecía el año pasado, pero en líneas generales la mano de Spike Lee se nota y aporta mucho a uno de los modos de juego estrella de NBA 2K16.
Aunque un “pero” le vamos a poner, y es que de momento no hemos podido usar de forma correcta el escanéo facial con PlayStation Eye. Recordemos que esta característica no es nueva en la saga, y que permite que creemos al a nuestra imagen y semejanza (nunca mejor dicho); pero de momento no capta bien los rasgos de la cara, da errores continuados y cuando se logra dibujar una imagen, ésta está repleta de errores. Al menos desde 2K España nos han informado que pronto habrá solución, y que los problemas están centrados concretamente en el software que ahora mismo dispone la cámara de PS4.
Más allá de estos dos modos estrella, Mi GM entra por la puerta grande con un abanico de mejoras increible. Pocos juegos deportivos ofrecen lo que NBA 2K16 en cuanto a posibilidades en sus modos de juego, y Mi GM es el máximo exponente de esta afirmación. La gestión de cualquier equipo NBA se siente y se palpa con una modalidad que ahora nos permite hasta cambiar la franquicia de ciudad atendiendo a mil detalles que nos pueden indicar si nuestra economía mejorará o no en base a la población. Cuando uno entra en Mi GM entiende que NBA 2K16 ridiculiza a los juegos de fútbol en este sentido, marcando una distancia abismal de ambición que lo sitúan como el mejor título deportivo que pueda haber en la actualidad.
Mención algo más breve para Blacktop, Mi Liga y Mi Parque. El primero nos permite jugar al baloncesto más desenfadado y callejero; el segundo se convierte en la versión más accesible y simple de lo que podríamos tener en Mi GM y Mi Parque será el sitio donde nos dirijamos a la hora de disputar cualquier partida contra alguien en el modo online.
Tampoco nos queremos olvidar de que sigue estando presente la Euroliga en NBA 2K16, y este año con la llegada del Valencia Basket a la cancha. Contamos con las normas FIBA, pero siguen estando relegados los equipos a partidos amistosos, sin una mayor integración en toda la propuesta que a buen seguro contentaría a los aficionados europeos que también siguen con pasión el deporte en el Viejo Continente.
En el apartado técnico pocas cosas diremos que nadie sepa seguramente, pero no por ello hay que dejarlo pasar. NBA 2K16 dispone de un gran nivel en la faceta gráfica, mostrando unos modelados en los jugadore que, en el caso de las estrellas más destacadas, rozan prácticamente la excelencia. Si a eso le añadimos unas físicas extraordinarias y unas animaciones tan creíbles y naturales que quitan el hipo, el cóctel que tenemos es explosivo. Tal vez podríamos decir que vemos poca evolución con respecto al año pasado, y ciertamente esperamos que el año que viene se dé un salto mayor en este aspecto; pero no nos quejaremos en exceso porque hay que reconocer que el nivel actual es impresionante.
Y a nivel de voces repetir una vez más que es un auténtico placer machacar el aro escuchando a Antoni Daimiel dar alguno de sus curiosos datos o simplemente comentando la jugada de turno. No nos olvidamos a Sixto Miguel Serrano y de Jorge Quiroga, pero es que somos auténticos fans de la pareja periodística e inseparable del desaparecido Andrés Montes en aquellas largas noches de baloncesto en Canal+. Eso sí, tirón de orejas a la banda sonora, que tal vez no encaje en nuestro país esta vez tanto como la selección de Pharrell Williams el año pasado. Pero vaya, ambientación 100% NBA, sin ningún género de duda.