Análisis The Evil Within – The Executioner (PS4)

78
En el fondo, seguro que es un tipo encantador
Por César Rebolledo 5 junio, 2015

The Evil Within ha supuesto una interesante vuelta al horror más primario. Un festival de lo macabro en el que todo puede suceder. Sin medias tintas, el juego contiene algunas de las secuencias más desagradables y tortuosas de las que hemos sido testigos en los últimos años. Pero el juego en sí mismo, por lo que será recordado, es por esa vuelta a la esencia del horror, a huir de la acción desenfrenada, para recordarnos que sólo somos un hombre enfrentándose a los terrores que se ocultan en lo más profundo de nuestras mentes.

La historia principal del juego, confusa ya de por sí, ha sido ampliada por dos contenidos descargables protagonizados por Judi Kidman, una de las protagonistas del juego: The Assignment y The Consequence explican muchos de los detalles argumentales que no quedan claros en la historia principal, al mismo tiempo que genera nuevas incógnitas y desemboca en un claro indicador de que podemos esperar una continuación del juego.

Lo que ahora tenemos entre manos es el tercer y último contenido descargable que llega para el juego, parte del Pase de Temporada y que pone en escena a un nuevo personaje controlable. The Executioner nos permite controlar al Guardián. A nivel argumental, el motivo es que somos un padre que debe meterse dentro del mundo generado por la máquina STEM para salvar a su hija, atrapada por el artefacto y Mobius, la organización detrás de la construcción de la máquina, ha decidido que lo hagamos encarnando a la criatura.

Por si no lo recordáis, el Guardián es un tipo con la cabeza cuadrada. Literalmente. ¿Tampoco así? Una caja fuerte por cabeza, un martillo aterrador, un saco, dos metros de alto… sí, ahora seguro que lo recordáis.

Sin embargo, The Executioner huye del resto de las mecánicas de juego de The Evil Within, en muchos aspectos. Para empezar, jugamos en primera persona, un factor un poco desconcertante dentro de lo que hemos visto en The Evil Within. Jugar en primera persona en un título que ha cosechado muchas críticas por las infames bandas negras es realmente molesto. Pero, ¡sorpresa! Parece ser que para este DLC sí que era posible quitarlas. Así es. Como el Guardián, no tendremos esos horribles obstáculos para nuestra visión, tan molestos e incongruentes a día de hoy en un videojuego.

Al ponernos a los controles de el Guardián, la cosa también cambia. Podemos agacharnos y esprintar (o lo que un monstruo de dos metros entiende por esprintar) como con los otros dos protagonistas, pero el resto de controles son… bastante diferentes.

Comenzaremos, como no puede ser de otra manera, armados con el enorme martillo característico de la criatura. Tenemos dos botones de ataque (el mismo ataque para los dos), con los que machacar a los enemigos hasta que nos aparezca la opción de agarrarlos con un botón para arrojarlos con el mismo. Cabe destacar que esto no se queda simplemente en esto, ya que, lógicamente, si lanzamos al enemigo contra una pared de pinchos por ejemplo… os podéis imaginar el resultado.

La otra opción, una vez el enemigo está aturdido, es ejecutarlo de forma bastante brutal. Hay un par de animaciones diferentes, bastante salvajes, aunque con cierto estilo, la verdad. Estas animaciones dependen de las circunstancias (estar cerca de una pared, que el enemigo esté en el suelo o atrapado en un cepo…) y del arma equipada. Con otro botón, lanzamos un pulso que nos permite “recordar” diferentes partes del escenario, descubriendo objetos ocultos que suelen desembocar en coleccionables que nos narran de forma breve la historia de la hija del controlador del Guardián.

Al romper objetos del escenario o completar las “misiones” que nos asignan, conseguiremos monedas, que nos permiten desbloquear en una tienda diferentes mejoras y armas, así como trampas que colocar por el escenario, pero son diferentes de las de Sebastián. En este caso se trata de las trampas características de el Guardián, que puede arrojar en lugar de tener que perder el tiempo colocándolas y funcionan como una especie de cepo. Una última habilidad de nuestro personaje es la que ya tuvimos que sufrir en el juego. Podemos usar cajas fuertes diseminadas por el escenario para teletransportarnos, evitando ciertos obstáculos en nuestro camino.

Ahora que estamos ya puestos en las diferencias principales entre el juego principal y el DLC, ¿qué tiene que hacer exactamente el sujeto que controla al Guardián? Mobius te dará una lista de “habitantes del STEM” que debes eliminar para, según ellos, rescatar a tu hija antes de que la máquina la vuelva totalmente loca.

Como ejemplo, nuestro primer objetivo una vez recibida la lista nos manda al granero que ya visitábamos con Castellanos. Después de derrotar a dos enemigos normales, aparece el Sádico armado con una motosierra. El resultado del combate es evidente, ¿verdad? Cuando el monstruo cae, volvemos al punto de inicio… con la motosierra accesible en la tienda, dando algo más de brutalidad a nuestro personaje, si cabe.

En esencia, el DLC se desarrolla de esta manera: nos dan un objetivo, se desbloquea una nueva zona, avanzamos, encontramos un documento, nos transportan a otro lugar, matamos al objetivo, repetimos. Puede parecer monótono pero la verdad es que ser el malo contra otros malos resulta interesante.

Además, The Executioner tiene un componente argumental implícito bastante fuerte, como el resto de DLCs del juego. Al poco de empezar recogeremos un documento que, sin entrar en detalles, despeja cualquier duda que pudiese quedar sobre lo que sucedió al final del juego (y que, como The Consequence, poco menos que confirma una segunda parte de The Evil Within en algún momento. ¿Quizás se anuncie en la inminente conferencia de Bethesda en el E3?).

En lo que respecta a la duración, tenemos unas dos o tres horas de contenido descargable. La rejugabilidad está dentro de la media, si nos paramos a mirar los distintos desafíos que se nos proponen y que nos reportarán monedas para comprar mejoras, la verdad es que una vez terminado el descargable, aún tenemos unas cuantas cosas que hacer.

Además, al completar el DLC se desbloquea un combate especial contra uno de los protagonistas del juego, así como una nueva sala de supervivencia, un arma extra y, por si nos viene bien, recibimos una bonificación de monedas para comprar más objetos en la tienda. Para los cazatrofeos, un desafío intersante: completarlo todo sin sufrir daños, algo que, evidentemente, conseguiremos más fácilmente… si dedicamos un par de horas a mejorar todas nuestras habilidades y equipo.

78
Jugabilidad: 8.5
Gráficos: 8
Sonido: 7.5
Satisfacción: 7.5

Análisis

The Executioner supone un buen final para los contenidos descargables de The Evil Within. Cambiando totalmente la experiencia de juego a una en la que nos comportamos de forma mucho más agresiva, se cierra el círculo y se despejan algunas dudas que aún quedaban sobre el desenlace del juego