Análisis Dynasty Warriors 8 Empires

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Conquista China a base de golpes estratégicos
Por J.D. Hernandez 25 febrero, 2015

Con el paso del tiempo Koei Tecmo se ha ido asentando en el panorama de los videojuegos con propuestas que iban mas allá de las archiconocidas sagas de Dead or Alive o Ninja Gaiden, que a día de hoy siguen contando con una innumerable legión de fans que esperan con ganas cada nueva entrega. Aunque podríamos decir que, dejando de lado estas dos franquicias, hace años que proponen a los jugadores un sistema de juego conocido en la jerga de barrio como el “yo contra el mundo”, es decir, tu personaje contra hordas enfurecidas de enemigos en pantalla que acaban haciendo estragos allá por donde pasan.

A este género se le dio el nombre de Musou y podemos decir sin miedo a equivocarnos que en eso Koei Tecmo es una experta, y lleva ya unos cuantos años demostrándolo con diferentes franquicias en el género como Samurai Warriors, Dynasty Warriors o incluso esa rara mezcla que ofreció Nintendo mezclando el género con una de sus sagas icónicas y que dio paso al conocido como Hyrule Warriors, una pequeña joya exclusiva de la consola Wii U.

A parte de esta estrategia que le funcionó muy bien a la compañía, se quiso dar un paso mas allá y se mezcló el género del Musou con algo que parecía distante, pero que realmente tiene mucho que ver no solo con ese género, sino con lo que nos querían trasladar, la guerra. ¿Y qué hay en las guerras? Estrategia, y de unir ambas cosas nació Dynasty Warriors Empire, que quiere llevarnos toda la acción de la franquicia, pero dándole toques estratégicos para llevarlo un paso mas allá. Ahora nos encontramos con Dynasty Warriors 8 Empires y nos preguntamos: ¿Ofrece algo no visto hasta ahora en las otras entregas Empire?

Como habéis podido imaginar, Los Tres Reinos se sitúa en cierto contexto histórico de China que comprende entre los años 220 y 280, aunque este juego nos lleva al periodo de la rebelión de los turbantes amarillos que está fechada en el año 184. Como es lógico, este periodo de la historia es una época de guerras entre señores y familias entre las que están los Wei y Wu. Y es que las ansias de unificar el país y de poder llevó a una época de guerras entre clanes de 60 años, y que ha sido llevada no solo al mundo del videojuego, también hay películas basadas en estos acontecimientos como Acantilado Rojo o obras literarias como El Romance de los Tres Reinos de Luo Guanzhong y de la que bebe también esta franquicia.

El modo principal es el modo Empire. En este modo podremos elegir una serie de escenarios ambientados en los hechos históricos, cada escenario contará con sus diferentes situaciones, clanes y lideres, por lo que cada partida no será la misma, aunque la mecánica si lo será. Cuando jugamos a este modo tenemos dos opciones para elegir, o bien elegimos a un personaje entre los que están los famosos oficiales ya icónicos de la franquicia como Liu Bei o Cao Cao, o por el contrario podemos utilizar a nuestro propio álter ego que podemos crear, la elección es vuestra.

Lo que si tienen en común los diferentes escenarios es que empezamos como un pobre soldado errante sin clan ni ejercito al que jurar lealtad por el momento, y aquí es donde ya tendremos que empezar a decidir si queremos unirnos a algún jefe e ir escalando puestos dentro del ejercito o crear el nuestro propio e ir a por la conquista del resto bajo nuestra bandera.

Si elegimos unirnos a uno de los clanes que están peleando, tendremos que decidir si tomar parte o no en las diferentes batallas que planteen y con ello ganar o no su favor e ir escalando posiciones dentro de su ejército. Según vayamos subiendo iremos ganando más opciones para realizar hasta que podamos tomar dos decisiones: si bien unirnos a otro reino entregándole los terrenos que el jefe nos ha dado o bien buscar la independencia para formar nuestro propio reino.

En este papel se abren bastantes más opciones de juego. La primera y fundamental es decidir la estrategia de tu reino hasta el siguiente concilio de guerra, tenemos que dar tres puntos entre 4 opciones que van desde los combates hasta las finanzas, diplomacia o conseguir hombres para nuestro ejército. Una de las partes que podemos sacarle provecho es el buscar alianzas con otros reinos durante 6 meses que nos librará de sus ataques durante ese periodo o si bien queréis adueñaros de manera pacífica también tenemos la opción para que rinda su territorio. Lo ideal es que vayamos nosotros mismos para elegir la estrategia de negociación a seguir, pero podemos mandar a cualquiera de nuestros oficiales.

Una de las obligaciones como soberanos de nuestro propio reino es asignar los puestos de poder dentro del ejercito y tener contentos a los aldeanos a base de donaciones y de reparar los territorios después de los ataques de nuestros rivales. ¿Y por que es importante tenerlos contentos a todos? Porque al igual que nos hemos rebelado nosotros, también se nos pueden rebelar el resto de oficiales si creen que no estamos cumpliendo con nuestro deber, una situación bastante triste ya que tendremos que sofocar la rebelión inmediatamente y tener que elegir, como después de cada invasión o batalla, si los que se nos han rebelado les perdonamos, les dejamos marchar o les pasamos por el cuchillo. Las decisiones como gobernador no son nada fáciles.

Tener un reino prospero es fundamental y para ello tendremos que conseguir materiales, dinero y hombres para nuestro ejército que usaremos para ir defendiéndonos de ataques o ir ganando terreno a lo largo de toda China, y es que no olvidemos que la finalidad del juego es unificarla y ser el único gobernante de todo el país. Para aumentar nuestros territorios además de pedir la rendición como os hemos mencionado anteriormente, tenemos la opción de invadirlos y podemos hacerlo directamente o tomar una posición más estratégica y hacer pequeñas incursiones que debilitarán al ejercito de la región haciendo que la invasión sea más sencilla.

Pero no solo de guerras viviremos, también tendremos tiempo para relacionarnos con nuestros oficiales a base de banquetes o interactuando individualmente con ellos. Ésto nos llevará a dos caminos diferentes, no solo a que sean más amigos de nosotros, sino que nos pedirán o ser hermanos juramentados o bien nos invitarán a mantener una relación amorosa con un oficial del sexo contrario que desembocará en boda y en un hijo -novedad en esta entrega- y que cuando nos lo presenten veremos que es un calco idéntico de nuestro personaje.

El modo libre nos permite poder volver a jugar las misiones que nos han ido apareciendo en el modo Empire o crear una partida personalizada con diferentes opciones de juego, un modo que nos permite alejarnos de la política del modo Empire y centrarnos únicamente en dar mamporros.

Y en los combates nos centramos ahora. Si ya habéis jugado a algún Musou no os llevareis ninguna sorpresa; si por el contrario es la primera vez que os lo vais a encontrar es un escenario lleno de enemigos que están en bases y que hay que ir conquistándolas hasta que aparezca el general final o se pueda conquistar el campamento principal. Para ello simplemente tendremos que matar cierta cantidad de enemigos para que las bases sean nuestras, según vayamos atacando iremos llenando la barra de ataque Musou que liberará un ataque especial característico del personaje que hará mucho más daño que los normales y que suelen ser también más espectaculares. Antes de cada combate podemos elegir una serie de “objetivos” dentro de nuestra misión principal que nos aportará mérito extra que es lo que nos permitirá subir de nivel.

En esta ocasión el modo de edición va un paso mas allá. Como viene siendo habitual podremos crearnos un guerrero a la imagen que más nos guste con muchas opciones de personalización, algo que ha sido mejorado respecto a su entrega Empire anterior dándonos un abanico de posibilidades más amplio. Pero no solo en eso se queda la edición, vamos un paso más allá pudiendo también crear las banderas que llevará nuestro ejército con una serie de plantillas definidas que incluyen animales o figuras y unas cuantas posibilidades de colores. Pero la novedad más destacable es la posibilidad de poder crear nuestros propios escenarios para jugarlos.

Si algo no ha caracterizado la franquicia Dynasty Warriors ha sido por su calidad gráfica muchas veces bastante simple, en esta ocasión no encontramos tampoco una mejoría en este apartado. Cierto es que con el paso de las entregas ha sido mejorada hasta lo que es hoy día, pero nos encontramos con el mismo apartado gráfico que en la versión Xtreme Legends de la octava entrega en PlayStation 4. No hemos sido capaces de encontrar alguna mejoría gráfica. Eso sí, a pesar de ello y como viene siendo habitual, la ingente cantidad de enemigos puede ocasionar a veces problemas de frame rate, pero afortunadamente no hemos tenido problemas de caídas y va a una tasa estable a pesar de la cantidad de enemigos en pantalla.

Lo realmente detallado serán los personajes principales, el resto de los enemigos sigue manteniendo lo visto anteriormente y en otros títulos del género, es decir, son los mismos repetidos incontables veces, por lo que parece que nos hayamos metido en un campo de batalla contra un grupo de 3.000 o 4.000 hermanos gemelos.

Por su apartado sonoro os confirmamos que muchas de las melodías que suenan nos sonarán de haberlas escuchado de otras entregas. Es algo bastante habitual en estos juegos, y como viene siendo ya costumbre desde hace algunas el juego nos llegara con el doblaje original en japonés, algo extraño teniendo en cuenta que los protagonistas son de nacionalidad china, al contrario de Xtreme Legends este es el único idioma disponible de voz, al igual que como siempre los textos de pantalla nos llegan en perfecto inglés.

Por lo expuesto anteriormente nos encontramos ante una propuesta que ya ha empezado a asentarse en el mundo de los videojuegos, una apuesta cuando salió la primera vez que ha ido ganando seguidores y que nos aleja del Musou, pero sin abandonarlo por completo.

Como viene siendo habitual se han añadido nuevos elementos respecto a su anterior entrega tales como nuevas opciones de personalización o nuevos sucesos y posibilidades dentro de la partida, haciendo que cada una sea diferente a pesar de que los acontecimientos históricos en los que está ambientada son los marcados.

Lamentablemente no encontramos mejoras gráficas que pueden darse en la nueva generación de consolas o en los PC de gama media o alta que harían lucir más espectacular al título, a pesar de ello contamos siempre con una tasa estable en los frame rate a pesar de la cantidad de enemigos que hay en pantalla.

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Jugabilidad: 7.5
Gráficos: 7.25
Sonido: 7
Satisfacción: 7.5

Análisis

Esta nueva entrega de Empire aumenta las posibilidades con respecto a su predecesor con más opciones de personalización. Lamentablemente creemos que puede dar más gráficamente y se echan en falta subtítulos en nuestro idioma.