Análisis Freedom Wars (PS Vita)
Un golpe, así de simple. En la cabeza, con lo que duele eso. ¿Quién somos? ¿Qué hacemos aquí? Esos enemigos gigantes a los que nos enfrentamos… Así comienza nuestra andadura por Freedom Wars, la nueva creación de Japan Studio, el estudio de Sony, para una PlayStation Vita muy necesitada de juegos de esta envergadura. Nos meteremos en la piel de un condenado que tras un combate, en el que la fortuna le abandonó, deberá redimir su error cumpliendo una condena de un millón de años por haber perdido la formación recibida y de ese modo causar un perjuicio a su panopticón (algo así como una región del mundo cuyo centro es una ciudad-carcel subterranea), que lucha por conseguir los escasos recursos que quedan en un mundo en ruinas enfrentándose a otros panopticones con las mismas intenciones.
Y es que para jugar a este juego de rol de acción en tercera persona vamos a tener que familiarizarnos con muchos y muy variados conceptos que hablan de la profundidad general que llega a tener Freedom Wars. Para empezar somos un preso que debe ir redimiendo su condena a base de realizar misiones en las cuales no solo obtendrá una reducción de años de pena en función del resultado de la misión sino que además puede entregar los objetos y materiales que encuentre para reducir aun más la condena y al mismo tiempo mejorar el producto interior bruto de su panopticon, algo que hará que éste suba en la lista de la Liga Panoptica, la competición que muestra cuales son los más fuertes y los más débiles. Se han escogido como denominación de los panopticones los nombres de capitales y grandes ciudades de todo el mundo, incluida Madrid.
Pudiera parecer que el término empleado para denominar a las ciudades-estado del juego ha salido de la manga de algún creativo de Sony pero no es así. El panóptico es un tipo de arquitectura carcelaria ideada por el filósofo utilitarista Jeremy Bentham hacia finales del siglo XVIII. El objetivo de la estructura panóptica es permitir a su guardián, guarnecido en una torre central, observar a todos los prisioneros, recluidos en celdas individuales alrededor de la torre, sin que estos puedan saber si son observados. El efecto más importante del panóptico es inducir en el detenido un estado consciente y permanente de visibilidad que garantiza el funcionamiento automático del poder, sin que ese poder se esté ejerciendo de manera efectiva en cada momento, puesto que el prisionero no puede saber cuándo se le vigila y cuándo no.
Por lo tanto, desde nuestra celda como base central, ayudados por un androide de humana apariencia denominado Accesorio, y con una de las paredes de nuestra celda que representa una enorme pantalla de ordenador llamada Ventana de la Libertad, debemos ir poniendo de nuevo en orden nuestra vida reduciendo poco a poco nuestra enorme pena carcelaria, recuperando derechos perdidos comprándolos con puntos que vamos generando. Desde allí nos equiparemos, podremos hacer lo mismo con nuestro Accesorio, podremos gestionar fábricas para la mejora de armas, municiones o equipamiento médico. Un muy completo rango de tareas por hacer de cara a poder enfrentarnos con más garantías a las batallas contra otros panopticones y sus androides gigantes. No estaremos solos con nuestro andriode, tendremos compañeros en nuestra misión, otros condenados que luchan por lo mismo que nosotros, igual que los enemigos que tenemos en frente, todos presos de sus ciudades.
En Freedom Wars la cooperación entre los jugadores, bien via online o a través de Lan local, es bastante importante pues a medida que avancemos en el juego las misiones se volverán más complicadas y una ayudita no estará de más. Lo podemos hacer desde nuestra celda mediante la opción Solicitar cooperación. De ese modo accedemos al modo cooperativo del juego, algo bastante recomendable si queremos ver el final del juego, puesto que la dificultad del tramo final nos pondrá a prueba en muchas ocasiones y jugar con amigos puede simplificar los combates. También podemos solicitar la ayuda de otros personajes de los que van apareciendo juego. Mantener buenas relaciones con ellos harán que nos ayuden cuando lo necesitemos.
El armamento del que vamos a poder hacer uso a lo largo del juego es muy amplio y variado, desde fusiles de asalto, ametralladoras pesadas, piezas de artillería portátil o armas de corte, pero destaca además el uso de un brazalete portado en la muñeca izquierda de nuestro personaje, denominado espina. Las espinas pueden ser de tres tipos distintos: de amarre, sanadora y protectora. Cada una de ellas tiene sus particulares efectos y ventajas. Las espinas nos permitirán adherirnos a las paredes del mapeado, realizar saltos mayores, recorrer distancias en menos tiempo o poder acceder a partes de los enormes enemigos, denominados Abductores, a las que no podemos llegar desde el suelo. En combate nos resultarán de gran utilidad para poder desmembrar a los androides gigantes que porten armamento pesado que nos incomode, dejando así de poder usarlo.
Y todo esto dentro de un entorno gráfico que no muestra debilidades y deja patente la potencia de la consola portatil a la hora de crear gráficos en tres dimensiones y con una gran definición. Un motor gráfico muy sólido que no muestra ralentizaciones en las multitudinárias batallas que afrontamos, muy fluidos los movimientos de los personajes y sus ataques. Una ambientación y arte conceptual que rayan a una gran altura inmersos en una historia original donde desde el primer momento queda claro que queda mucho por descubrir. Los personajes están plasmados con la técnica de cel shading sin parecer demasiado cartoon, apariencia bastante proporcionada, lo que le da un toque más adulto a la producción.
La cantidad de valores personalizables en cada personaje del jugador, la multitud de opciones disponibles, las reglas sobre las que se sostiene el juego, pueden ser un inconveniente mientras damos nuestros primeros pasos pero dotan de una enorme profundidad a la propuesta de Japan Studio. Aunque el género no está muy explotado en el resto del mundo si es más corriente en Japón con Monster Hunter como mayor exponente fuera de sus fronteras. Aun así Freedom Wars tiene una personalidad propia.
Los entornos en los que transcurre la acción no son muy variados y tienen normalmente su ubicación en escenarios postapocalipticos de las ciudades, amen de otros como el desierto. Los mapeados no son muy grandes y podemos recorrerlos en unos momentos gracias al uso de la espina. Sus recovecos son suficientes para atacar desde diversos puntos obteniendo cierta ventaja por lo que también debemos ser prudentes con francotiradores enemigos que se aprovecharan de las ventajas del terreno.
Seguramente la parte más llamativa de las batallas será el momento de enfrentarnos a los enormes enemigos que raptan a los ciudadanos. Estos hacen gala de diferentes configuraciones de armamento que podremos ir anulando con nuestros ataques a partes determinadas de su cuerpo. Podemos eliminar elementos sobre sus hombros o en sus extremidades, usar la espina para hacerlos caer y golpearlos en el suelo o dispararles a distancia con todo lo que tengamos. Es importante el uso que hagamos de nuestros compañeros de equipo y sus accesorios ya que podemos darles órdenes de forma que se añade un cierto componente estratégico a los combates. De forma automática nos seguirán allá donde vayamos pero también podemos asignarles tareas como atacar o transportar ciudadanos a las unidades de rescate, una suerte de cápsulas de evacuación.
La banda sonora es una suerte de temas en los que predominan las guitarras eléctricas. Compuesta por Kemmei Adachi, autor de la música de juegos como Gran Turismo 5 o la saga Patapon en sus tres entregas, nos ofrece una banda sonora original compuesta por cuarenta y seis temas diferentes. El doblaje que acompaña a la edición europea nos llega en japonés lo que puede suponer que alguno que se maneje con el inglés y así arreglarse sin leer los subtítulos no quede muy satisfecho. Eso si, es perfecto y muy variado en tonos e inflexiones. Por suerte sus textos llegan traducidos al castellano de una forma impecable.
Freedom Wars cuenta además de con su compleja trama con modos de juego multijugador cooperativos (como antes indicábamos, muy necesarios para avanzar en las últimas fases de la historia) y competitivos, en los que podremos demostrar nuestra destreza contra contrincantes de todo el mundo. En el plano cooperativo no solo podremos jugar a las misiones principales de la historia sino que también es posible unirnos a otros jugadores en misiones especialmente diseñadas para la redención de parte de nuestra condena. Aunque es un juego que también puede disfrutarse en solitario, sin necesidad de conexión a internet. Cuenta con una gran cantidad de opciones de personalización y configuración para crear a nuestro personaje y a su accesorio, disponibles a lo largo del juego para realizar los cambios que deseemos desde nuestra celda en el panopticón.
Su jugabilidad es compleja en un principio por la cantidad de conceptos que el juego trata de hacernos comprender desde que nos ponemos a los mandos, pero es atrayente y muy satisfactorio superar esa fase de aprendizaje que después nos permitirá poder realizar ataques de todo tipo en nuestro periplo por las arenas de combate. Podemos además practicar nuestras habilidades en las Batallas de práctica, así como disfrutar de Misiones especiales y Misiones de duelo, paralelas al transcurso de la historia principal. El juego permite personalizar nuestra forma de jugar mediante la elección de diferentes configuraciones de botones que se adapten mejor a nuestras preferencias.
El juego cuenta con multitud de listas de clasificación online que nos dirán cual es nuestra aportación a nuestro panopticón para hacerle subir en el ranking online, además de mostrarnos nuestra posición global respecto al resto de jugadores en los diversos modos de juego y categorías evaluadas. Además no quiero cerrar el análisis sin informaros que el parche 1.20 estará disponible el día del lanzamiento (el juego se lanzó en Japón en el mes de junio). Este parche añade varias cosas, entre ellas: añade el modo online Jugador contra Jugador para ocho jugadores, elimina el requisito del online pass y modifica y equilibra la dificultad general del juego. Aunque en un primer momento se anunció como un lanzamiento digital, el juego también nos llega finalmente en formato físico a nuestras tiendas.